
“Voy a terminar con este gobierno de putos y marxistas”
La amenaza es permanente, pero el verdadero peligro no radica en los fatídicos presagios, sino en el mismo relato atemorizante utilizado.
A mediana distancia nos vemos sorprendidos por una fresca brisa rejuvenecedora y portadora de finas fragancias que presagian el bálsamo que anhelamos para nuestro cansado existir. Corremos hacia ella como embelesados adolescentes y nos apresuramos en postrarnos ante esta nueva deidad prometedora del edén en la tierra. Pero al acercarnos a pocos metros, una envolvente oscura luz nos ciega y un nauseabundo hedor penetra hasta nuestras entrañas causando un inconmensurable dolor.
«La mejor jugada del diablo fue convencer al mundo de que no existía»