Donde
el cristianismo desaparece,
codicia,
envidia y lujuria inventan mil ideologías para justificarse.
Nicolás
Gómez Dávila
Las
ideologías son concepciones modernas e izquierda-derecha indican que
son opuestas.
Pero
también son relativas, unas pueden estar más a la derecha o más a
la izquierda respecto de otras. Incluso hasta pueden representar
simples tendencias más hacia la izquierda dentro de una ideología
de derecha y viceversa.
Si,
pareciera que se complica, pero no, verán que no es tan difícil.
y
luego avanzabamos con Derechas
y
algunas otras notas relacionadas, hasta la clase magistral del
profesor
José
Ramón Ayllón explicando ¿Quées una ideología?.
Y
podemos sumar cientos de trabajos donde se reafirma lo ya demostrado, desde
variados puntos de vista, que las ideologías son
construcciones anticristianas del modernismo que sólo buscan el
poder, y que en contraposición las doctrinas estudian
y buscan cómo hacernos mejores personas,
con o sin poder, y que existieron desde siempre. Aquellas son construcciones a partir de una idea, o más
bien, de un capricho; estas son la lógica consecuencia de siglos
y siglos de estudio buscando la verdad.
Asimismo,
creo que también se ha demostrado cómo desde el fin de la edad media
(1500), la edad moderna construyó relatos "iluminados"
contra la edad "oscura" y alcanzó su apogeo con el
racionalismo patrocinado por la burguesía de 1789, origen de todas
nuestras desgracias.
Estamos
de acuerdo que algo había que hacer contra las monarquías
modernistas viciadas y los delirios del absolutismo y del despotismo
ilustrado, y algo había que hacer para remediar el hambre y la
miseria generalizadas, pero en vez de curar al enfermo eligieron
la eutanasia, en vez de restaurar la auténtica monarquía de
"la cristiandad", lo cual hubiera requerido santidad o
sabiduría o cuanto menos un poco de inteligencia, los codiciosos y
nada preparados burgueses decidieron matar a todos y empezar de
nuevo, dos veces en 25 años. Y todavía los recuerdan con
honores!
La
intención manifiesta fue apoderarse del poder político y de las
propiedades y del dinero de la nobleza, y de la Iglesia. Y la intención oculta, encontrar una
justificación para las masacres y los robos y evitar los
remordimientos, es decir, evitar a Dios.
Esa
intención oculta, siempre fue destruir el orden basado en Dios y en
la Ley Natural, y construir un nuevo orden basado en el racionalismo.
En
los hechos, aquel orden cristiano ya estaba bastante corroído desde la
"moderna ciencia política" de Maquiavelo, el absolutismo y
las monarquías modernas, pero la excusa era perfecta. Todo el mundo
recordará a la monarquía francesa por el Rey Sol o Luis XVI, y
nadie recordará a San Luis IX y mucho menos a Clodoveo.
Necesitaron
de un bonito eslogan "libertad, igualdad y fraternidad" y de
un relato que justifique las masacres en pos
de un paraíso moderno y democrático.
Y
claramente no logró ningún paraíso, aunque sí varios infiernos.
El
fracaso modernista generó desesperanza y melancolía, las viudas del
posmodernismo. Y fue así que, desde el desánimo y el abatimiento,
los intelectuales agnósticos en vez de reflexionar, no recularon ni
un centímetro sino que continuaron con su alquimia ideológica y
comenzaron a "experimentar sensaciones y substancias" sin
ningún tipo de barrera, y los más famosos terminaron enfermos,
locos o suicidas, aunque el daño a la historia del hombre ya estaba
hecho.
F.
Nietzche, H. Marcuse, T. Adorno, M. Foucault, S. De Beauvoir, J.P.
Sartre, J.Derrida, J. Butler y muchos otros, son el ejemplo de cómo
se puede construir una "razonable" justificación a cualquier
bajeza que se les ocurra. "... el delincuente es víctima;
mujer no se nace, se hace; la familia es una construcción social; si
el niño consiente la relación sexual no hay abuso; las drogas deberían ser libres; la
locura no existe; las personas son una
estructura lingüística en formación
(?); debemos "deconstruir"; ..." y millones de
enredadas palabras, muchas veces con nuevas significaciones, todas apiladas en una aparente escalera al cielo, que tarde o
temprano se derrumbará.
Intentaron
con el liberalismo y con el comunismo, intentaron con el racismo y
con el pacifismo, intentaron con el totalitarismo y con el
anarquismo, intentaron con el consumismo y el "hippismo",
intentaron con el pansexualismo y con la revolución sexual,
intentaron con el progresismo y con las drogas, intentaron con el
individualismo y con el colectivismo, intentaron con uno y con otro,
e intentaron, e intentaron, y siempre fracasaron.
Y parece mentira
que aún hoy, muchos niegan la historia y persisten con versiones
edulcoradas de la misma basura: se "adjetivan" los socialismos, los anarquismos y los progresismos intentando darles una nueva fisonomía, siendo que todos se alimentan de la misma putrefacta raíz; los nacionalismos se transforman en
separatistas o xenófobos; los feminismos son cuasi racismos; los
estrepitosos LGBTs y pedófilos ya no espantan a nadie y la ESI le
enseña a nuestros niños que las minorías enfermas son dignas de
imitación; los globalismos entonan cantos de sirena, y cual marinos encantados, nos arrastran
a un mundo de esclavos, etc.
Todas
las promesas fueron incumplidas, no hay paz sino guerras por todos
lados y algunas de exterminio, el progreso material fue para muy
pocos, el progreso cultural fue en realidad un retroceso en manos de
la contracultura y del mal gusto, los ricos se concentraron en número
y son inmensamente más ricos y los pobres aumentaron en número y en
pobreza, cada vez tenemos menos educación o de peor calidad, la
delincuencia y el narco crecen y controlan barrios y ciudades, ya no
curamos a nuestros enfermos, cuando se complica aplicamos la
eutanasia, el aborto dejó de ser una desgracia que debíamos evitar
para convertirse en un "derecho" de unos sobre otros, y la
disforia dejó de ser una enfermedad que debíamos curar para
convertirse en un gran negocio de hormonas y cirugías mutilantes que
a la larga conducen al suicidio porque no tienen vuelta atrás.
Negados ignorantes necesitan justificar sus caprichos pero no tienen la valentía de hacerlo mirándose al espejo, construyen entonces un relato que deben vender a la masa buscando la complacencia con edulcorado sentimentalismo, luego vienen los mononeuronales militantes que nos someten con demagogia a un poder tiránico y oligárquico de relato único, para principalmente, y por sobre todas las cosas, erradicar a Dios de la vida pública.
Podríamos citar un sinnúmero de países con gobiernos anticristianos de los últimos 250 años, pero me parece que la Argentina de los últimos 20 años es un buen y cercano ejemplo. Relato K Nac & Pop para esconder adiestramiento y totalitarismo, tristes y deprimentes argentos progres solamente útiles para la causa, criminales pañuelos verde-moco, luciferinas izquierdas funcionales rompiendo espacios públicos, gobiernos de aduladores y ladrones y curas villeros con un Cristo adulterado y falso.
Y
por supuesto, jamás se puso un freno para pensar ¿por qué estamos
así?, siempre seguimos adelante con gobiernos demócratas corruptos
que promueven perversiones o con gobiernos totalitarios, también
corruptos, que no respetan los mínimos derechos humanos pero que
aparentemente contradicen a aquellos.
"Volver para atrás"
es impensable. "Devolver" el poder a Dios para que reine en nuestra vida social es una blasfemia contra la santa razón. Y ni hablar
de "devolverle" a la Iglesia su lugar y todo lo robado.
Dicho
sea de paso, no se que haría la Iglesia, no veo que esté preparada
para tal responsabilidad ni que esté deseosa de que tal cosa suceda,
por el contrario cada día es más mundana, o mejor dicho, más
corrupta. Pero eso es otra historia.
La
verdad es lo que es: las esencias y su orden natural es
lo primero que existe en la realidad. La ideología desconoce a las
esencias y sus jerarquías naturales; es un esquema mental
prefabricado y abstracto que se elabora sobre base de lo accidental,
a la condición tomada como causa o a un elemento subalterno de la
esencia. Así por ejemplo, la falsa expiación ideológica reduce al
hombre a los límites de la zoología o le rebaja a la moral
utilitaria del éxito.
Opción política
del cristiano - Jordan Bruno Genta
Dado
el vacío provocado por "la falta de Dios", los problemas
políticos y sociales se convirtieron en un auténtico desafío, y
cada pensador creó su relato racional explicando causas y
proponiendo soluciones; así nacieron concepciones del hombre tan
absurdas y peligrosas como: si el problema son los judíos, entonces
hay que exterminarlos; o si la lucha de clases es la responsable,
entonces hay que implantar la igualitaria dictadura del proletariado
y eliminar las clases; y más modernamente podríamos decir: "donde
hay una necesidad hay un derecho" sin obligación previa, claro, y nos
olvidamos que "el pan de cada día debe ser ganado con el sudor
de nuestra frente"; o si la discriminación oprime a las
minorías entonces no existen más ni el mal ni el bien, so pena de
discriminación, y podría seguir hasta la eternidad con las miles de
falacias posmodernistas, que suenan lindo a nuestros
sentimentalizados oídos, pero que son simplemente peligrosas
idioteces.
La
verdad es que sin Orden Natural (principios morales inmutables), todo
depende del humor y la interpretación circunstancial del ideólogo de
moda.
La caridad cristiana
nos obliga a amar al prójimo, y amar implica ayudarlo a transitar el
camino correcto. Apañando o justificando su persistencia en el error
no ayudamos a nadie. Quien "respeta" un error es un
falsario. Nos hermanamos con el que se equivoca para caminar juntos ayudándonos mutuamente, pero debemos
condenar el error y oponernos siempre a cualquier relato que busque justificarlo. No todo es lo mismo, no todo es
respetable.
Hay
un pluralismo legítimo que el cristiano puede y debe
aceptar; pero es en materia opinable, o sea, en lo accidental y
contingente. Hay problemas humanos que admiten diversas soluciones y
es prudente la confrontación de criterios opuestos.
Es
oportuno insistir en esta cuestión del pluralismo para que un
cristiano, católico verdadero, no se equivoque en el compromiso
político que asuma. En lo que se refiere a la esencia y al
fin de las instituciones sociales o, lo que es igual, a los
principios del orden natural, el pluralismo es ilegítimo, un
grave y funesto error en sus consecuencias prácticas.
Opción política
del cristiano - Jordan Bruno Genta
Antes
de este desaguisado, durante los siglos de "La Cristiandad",
no todo fue perfume de rosas, tuvimos de todo, también reyes y papas
despreciables, pero "el sistema" (es decir, la mentalidad que lo regía) encontraba como curarse y
el orden era restablecido, aunque algunas sanaciones implicaban
aplicar una flebotomía terapéutica que hoy algunos adamados descalificarían
por exceso de hombría, pero que entonces era lo habitual.
Los
hombres, en general, creían en Dios al cual todos debían someterse,
reyes, curas y civiles, y si no creían, eran respetuosos, no por
miedo, sino por humildad.
Cuando
el pensamiento está orientado a Dios, se anhela y se busca la verdad
objetiva, se escarba en el Orden Natural y se indaga en la
Revelación. Las respuestas se elaboran con rigor lógico, no se
imaginan.
Cuando
las acciones están orientadas a Dios, el mal produce rechazo, el
orden natural violentado da arcadas y la corrupción despierta la
santa ira que demanda la caridad. Sin ser santos ni nada parecido, el
sentido común se manifiesta con una inflación de carótida.
Todos
hemos caído y volveremos a caer, y muchos lo hemos hecho
hasta las puertas del infierno mismo, pero la Verdad nos rescató
siempre. Si decimos que "El Bien" es tener pensamientos y
acciones orientadas a Dios, es porque hemos experimentado lo
contrario.
"La
Iglesia no es la asamblea de los puros, sino el hospital de los
pecadores"
G.K.
Chesterton
Cuando
nada de esto existe, porque "Dios a muerto", entonces
cualquier pensamiento más o menos simpático es bueno y cualquier
idiotez puede tener valor moral.
Para
algunos, la posverdad vendría a consistir en una mentira de nueva
generación que recurre a mensajes, argumentos o relatos
aparentemente verdaderos, generalmente imbuidos de una carga
emocional que suple cualquier necesidad de verificación.
Otros
autores afirman que la posverdad es sencillamente una mentira, una
estafa o falsedad encubierta que oculta lo que hemos venido
conociendo como la tradicional propaganda política.
Mi
aportación personal al concepto consistiría en equiparar la
posverdad al trampantojo, una amable y esforzada trampa o una
definitiva ilusión con que se engaña a alguien. Un ejemplo es la
tramposa utilización que están haciendo los sectores
independentistas catalanes de la encarcelación de personajes que han
propiciado un golpe de Estado en toda regla, queriendo hacer creer a
los incautos que son presos políticos.
Siempre
se trata de lo mismo, la negación (o la falsificación) de la
Verdad.
Es
más fácil no pensar y dejarse llevar por la corriente. Y los
mercaderes aprovecharán esta oportunidad para construir y vender las
mil y una utopías de "un hombre nuevo". Hoy han
perfeccionado el negocio y cada vez les resulta más sencillo. Liberando las emociones de las ataduras morales, el
hombre nuevo es una marioneta cuyos hilos se mueven con sensiblería
emotiva.
Los
adoradores de la pachamama o de la diosa naturaleza, dirán: si el
problema es el hombre que todo lo contamina y destruye, para salvar
al planeta debemos "hacer personas" a los animales y
restringir el accionar humano a comer yuyitos y sopa de insectos como aperitivo para una orgía de géneros.
Y
los adoradores de la tecnología, dirán: si el problema es la
desesperanza y la corrupción del sistema, debemos confiar el
gobierno de las instituciones a la Inteligencia Artificial y
perfeccionar el cuerpo humano sumándole dispositivos digitales.
Antiespecismo
y Transhumanismo, dos nuevos ismos que no son arte.
Tan sólo
son dos nuevas ideologías nacidas de la Agenda 2030. La primera combina ecoansiosos de lenguaje inclusivo con los contra extractivistas (?) que les gusta pintar pinturas ya pintadas, y la segunda de aparente oposición a la primera, se hace llamar derecha y se codea con el racismo y los lobos de wall street que temen por su poder. Dos nuevos intentos de otro "hombre nuevo" ahora inserto en un mundo globalizado con mando unificado. Sin Dios ni patria ni familia, pacifista por necesidad de los poderosos y esclavo de sus emociones por mandato social, una marioneta sin libertad ni voluntad para buscar la Verdad.
El mundo se enfermó de ego en el siglo XVIII y no quiere cambiar. Si no se cura, será mortal. Es nuestra última oportunidad de contrarreforma y contrarrevolución. Si nó, los tiempos deberán cumplirse, incluso los santos dudarán de su fé, ... hasta la Parusía.
Hoy
estamos muy lejos de considerar seriamente en hacer metanoia
y aún
más lejos de hacer lógica
y sana penitencia. Tan lejos que ni siquiera se considera, de mínima,
en frenar y pensar.
Pues
entonces veremos
que ideólogo logra mejor imponer sus "imaginativas" ideas, mientras la naciones pierden su identidad y los estados se someten a un puñado de mercaderes.
¡Qué Dios nos ayude a “pensar la patria”!
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