Sumando años (06/2024)

 


 

Parte I 

Crecer implica enfrentar siempre nuevos desafíos, sin eludirlos ni ignorarlos que implicaría lo contrario, ... y eso nunca termina.  

Cuando uno es joven debe afrontar los problemas de su tiempo, esos que los viejos no entienden y no pueden ayudar; pero al envejecer también se deben afrontar los problemas de la época, no para sí, sino para las próximas generaciones, ... pero a los viejos nadie les pregunta. 

Los jóvenes suelen construir paradigmas con principios que alguna vez escucharon y que, gracias al impacto emocional causado, se convierten en incuestionables. Y entonces, arremeten con acciones que, sin estudio ni análisis, conducen, casi como una ley física, a estrellarse contra una pared. La madurez luego trae la lucidez para entender que es mejor no inventar la rueda y buscar las respuestas en los libros. La disposición a escuchar y aprender evita algunos golpes. 

Crecemos en forma gradual y sucesiva a partir de una sólida base que debemos cimentar con estudio. La madurez es desconfiar de quienes innovan con ideas de avanzada que desprecian las anteriores. 

Crecer es una decisión personal y conlleva una disciplina de vida. No puede haber crecimiento donde hay desorden. 

Podría hilvanar por horas citas, análisis, conclusiones y advertencias, y de hecho lo hago escribiendo en mi sitio, pero no es muy útil, pareciera que cada uno debe aprender de sus propios errores. Y los que más hemos errado tendríamos como para varios tomos, pero la cantidad o calidad de los yerros no nos da ningún pergamino.  

Sin embargo, envejecer cobraría un mayor valor si algún otro pudiera sacar provecho. 

 

Parte II 

Es cierto aquello que “no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero”.  

Quienes nos acercamos a la vejez entendemos que, más bien temprano que tarde, tendremos que rendir cuentas por los beneficios no producidos a partir de los talentos recibidos.  

Por los pecados se puede pedir perdón, pero ¿qué se hace con las obras no realizadas? 

Al mismo tiempo, afianzados en la esperanza, comenzamos a transitar años de reflexión, tratando de rever lo vivido sin excusas ni máscaras, y reconstruir, si fuera posible, aquello que hemos contribuido a derrumbar. 

Las ofensas recibidas, como durante toda la vida, crispan nuestro ánimo, pero las reacciones comienzan a languidecer, y entonces, sólo nos causan dolor. 

Los hijos deben vivir sus propias vidas y los viejos no debemos vivir una vida que no nos pertenece, no debemos recoger migajas de la mesa ajena y no debemos soportar humillaciones. 

Entonces intuitivamente, casi por supervivencia, evitamos las situaciones que puedan causarnos daño, evitamos a quienes no nos consideran o nos humillan y nos refugiamos en los afectos fieles de toda la vida, esos que no fallan. 

Debemos vivir nuestra propia vida, la que construimos de a dos con promesas de amor eterno. Debemos cuidarnos y protegernos ya que, gracias a Dios, logramos pertenecernos mutuamente. Es el momento de honrar y velar por quien tantas veces se ofrendó por nosotros. 


Mi esposa y mi amiga, mi sostén y mi vida, 
tus lágrimas solo trocaron en generosidades, 
sobrellevaste la inequidad y la artimaña urdida, 
y con verdad desnuda enfrentaste adversidades. 
Pasión y locura, motor de nuestro viaje de ida, 
Te cantaré mi amor por las eternidades. 


El amor verdadero busca siempre la felicidad del amado. 

Envejecemos y los años pesan.  

Hay cosas que ya no podemos hacer. La memoria comienza a fallar y nuestro intelecto no está para grandes discusiones. 

Nuestro espíritu busca religarse con su origen y destino. Sentimos vergüenza. Y muchas veces Dios nos perdona más fácil que nosotros mismos. 

Envejecemos y somos vulnerables.  

Muchos dicen que nos volvemos más sensibles. De repente, somos de lágrima fácil. Nimiedades que, hasta ayer, no tenían ninguna importancia, ahora nos conmueven. Independientemente de las ocupaciones que tengamos, comenzamos a prestar atención a pequeños detalles y nos permitimos vivenciarlos. 

Pero debemos evitar volvernos egoístas, no hay peor cosa que mirarse el ombligo, desentenderse del mundo y esperar que el mundo se preocupe por uno.  

La vejez son días de gracia y merecido descanso que debemos disfrutar, aunque esta Argentina injusta haga todo lo posible para evitarlo. 

Morir también es parte de la vida.  

El sufrimiento nunca es un castigo, es la oportunidad de cargar un rato la cruz. 

Entristecer y agrisar los días es signo de cobardía.  

El mal humor esconde engreimiento y el adusto es un pedante. 

“Al cerrarse el porvenir se abre la eternidad;  
la rueda de los días, al mismo tiempo que desgasta el cuerpo,  
debe agudizar el alma”  

Gustave Thibon 

 

Parte III  

No soy filósofo ni profesor de humanidades, mucho menos modelo a imitar. Sólo soy un padre de familia y trabajador retirado que ha sufrido y sufre los peores años de decadencia política, económica y social de la Argentina. 

Más sabe el diablo por viejo, que por diablo 

Hoy, sólo me resta compartir mis experiencias con quienes quieran escuchar: 

  • no crean en casi nada de lo que escuchen, la mayoría serán mentiras  
  • no crean jamás en alguien que tenga respuestas para todo, el paraíso nunca será en esta vida 
  • nunca acepten que el fin justifique los medios  
  • no es muy sano elegir el mal menor, sí lo es buscar el bien posible  
  • y que sólo la Verdad los hará libres, existe, no es relativa, es única, y se deja encontrar, ... nunca dejen de buscarla.  

Las ideologías son todas mentiras, sin excepción. Ninguna se preocupa realmente por las personas, para ellas sólo somos carne de cañón. 

Los partidos políticos son cuevas de ladrones, salvo alguna honrosa excepción que no conozco. 

Las utopías del pensamiento político son habitualmente manipulaciones a nuestros buenos deseos. No todo tiene solución. Nos convencen para vivir soñando con un mundo mejor, pero en realidad, sólo vivimos engañados. 

Las ideologías “juveniles” son las más atractivas y las más destructivas. Prometen amor y paz, novelan la libertad del oprimido y la ayuda al necesitado; falsifican todo lo que tocan: el amor, la libertad, la justicia social; “deconstruyen” la patria y los cuerpos intermedios: la familia, el sindicato, la universidad; pervierten el orden natural y atacan el sobrenatural; odian a Dios y endiosan al hombre. Todas las izquierdas, en cualesquiera de sus formas y bajo cualesquiera de sus nombres, son la perversión. Su diabólica esencia es el “Misterio de Inequidad”, el fruto maduro del “non serviam. 

Algunas izquierdas buscan diferenciarse de los totalitarismos mostrándose progresistas y demócratas y otras hasta niegan la autoridad hablando de anarquía, pero no hay nada nuevo, es la misma mentira renovada, la misma basura que corroe las entrañas, comienza negando la trascendencia de las personas y termina en el odio revolucionario y destructivo. Mienten cuando niegan la lucha armada, pero muestran los colmillos cuando legislan como "Derechos" a “La cultura de la Muerte” y cuando apoyan la "No Discriminación" impulsando “La cultura de la Cancelación”. Todas son ramas que se alimentan de la misma raíz, son la misma condenada ideología por ser “intrínsecamente perversa”, utilicen o no el nombre de marxismo. 

Una vez más, hoy como ayer, la libertad que nos ofrecen en este nuevo mundo "más abierto y equitativo", no es otra cosa que: “la obligación de ser la clase de hombre que ellos quieren que seamos”. 

“Si una persona les hace una propuesta y les dice que ignoren la historia, que no recojan la experiencia de los mayores, que desprecien todo lo pasado y que sólo miren el futuro que ella les ofrece, ¿no es una forma fácil de atraparlos con su propuesta para que solamente hagan lo que ella les dice? Esa persona los necesita vacíos, desarraigados, desconfiados de todo, para que sólo confíen en sus promesas y se sometan a sus planes. Así funcionan las ideologías de distintos colores, que destruyen —o de-construyen— todo lo que sea diferente y de ese modo pueden reinar sin oposiciones. Para esto necesitan jóvenes que desprecien la historia, que rechacen la riqueza espiritual y humana que se fue transmitiendo a lo largo de las generaciones, que ignoren todo lo que los ha precedido. 

Papa Francisco (Fratelli tutti) 

Los ideólogos deliran “genialidades” justificando las peores bajezas y se presentan como si fuesen dioses a quienes debemos rendir culto, mucho más cuando logran hacerse del poder y nos imponen sus dislates miserablemente, aún desde la niñez. 

Y por empecinada soberbia, cada tanto "incendian Roma".  

Las ideologías, todas enfrentadas a la Verdad revelada, han envenenado la vida moderna con relativismos, enemigos del orden y la jerarquía, y con falsos humanismos, enemigos del respeto a la dignidad humana. Todo ha sido trastocado y hasta lo más sacro ha sido bastardeado. 

Hasta la elemental definición de persona se ha convertido en cualquier desvarío, involucionado permanentemente desde los primeros pensadores racionalistas del iluminismo hasta las monstruosidades concebidas por “los bárbaros modernos” antiespecistas y/o cientificistas. 

Sólo observaremos una realidad distorsionada si la miramos a través de un prisma ideológico.  

“Es bueno que colaboren con otros, ampliando sus relaciones científicas y humanas, y evitando formas de aislamiento mental e institucional. Los animo a mantener este enfoque enriquecedor, basado en una escucha constante y atenta, libre de cualquier ideología, ya que las ideologías matan, y respetando la verdad 

Papa Francisco 

 

Parte IV 

No debería ser así, pero por el momento en nuestra Argentina, la única vía decente para lograr cierto bienestar familiar es trabajar y trabajar y trabajar, y en los momentos libres estudiar y estudiar, y cuando ya no podemos más, dormir un poquito. 

Hay otras formas “legales” que son más rápidas y que no requieren tanto esfuerzo, pero escuchar sus justificaciones revuelven las tripas.  

La Verdad, lo Bueno y lo Bello han dejado de ser valores inmutables. Todos los términos han sido falsificados, se han resignificado las palabras para impedir una comunicación inequívoca. Todo debe ser al menos ambiguo en el reino del revés. La mentira, el mal y la fealdad han mudado en simples "puntos de vista" y "formas de vida" que estamos obligados a respetar. 

Los desórdenes y los vicios más instintivos, animales e irracionales son justificados y exhibidos como naturales en un vomitivo carrusel multicolor. 

Pero confrontar con el mundo nos mantiene vivos. 

Pensar siempre requiere estudio, si no, sólo serán caprichos. La diversión y el ruido en exceso desordenan. Los instintos sin control son definitivamente perjudiciales. 

Discriminar, entre las ideas y las acciones, lo bueno de lo malo era casi una virtud de la sana inteligencia, y hoy está prohibido.  

 

Parte V 

Todos opinan, incluso quienes no saben, y nos obligan a respetar todas las opiniones, incluso las burradas.  

A cualquiera se le ocurre una idiotez y, si es promesa de buen negocio, en poco tiempo se masifica como una gran idea progresista y revolucionaria. 

Escuchamos disparates y no reaccionamos:  

“El cambio climático se debe al accionar humano, no hay que consumir carne vacuna porque las vacas también son responsables del efecto invernadero, el feto es solo un manojo de células y los animales ”sintientes” son “personas no humanas” con derechos, las especies son un invento cultural discriminatorio para que podamos explotar a los animales, todos nacemos buenos pero la sociedad nos envilece, los delincuentes también son víctimas, la propiedad es un insulto a la igualdad y la religión el opio de los pueblos, la tierra debe ser de quien la trabaja, todos deben ser copropietarios de todo, no tenemos por qué mantener a viejos o minusválidos improductivos, los cuerpos de los difuntos son aptos para el compostaje, el sexo no es determinante y el género es como nos autopercibimos entre cientos de válidas variantes, los hombres tienen derecho a satisfacer todas sus propensiones y pasiones, los adolescentes tienen derecho a mutilarse para curarse de la disforia y/o esterilizarse en forma permanente, la homosexualidad es una opción natural, si el niño acepta no hay violación, las mujeres trans son mujeres, la biología es machista y patriarcal, nuestro origen son los monos que evolucionaron desde una célula que saltó a la vida desde una “sopa mágica”,  los militares son genocidas y los policías son asesinos, el orden es represión y dictadura, los terroristas y guerrilleros fueron la juventud maravillosa que buscaban la libertad en el paraíso socialista, la patria y la familia son construcciones culturales, las fronteras nos dividen y la religión nos enfrenta, matrimonio es la unión de los que se aman sin importar el sexo, amor es amor y “felices los cuatro”, la educación debe ser estatal, pública y laica y los alumnos aprenden solos, los blancos son racistas y los negros son víctimas, el lenguaje inclusivo protege a las minorías,  etc., etc., etc. “. 

“Cualquiera tiene derecho a ser estúpido,  
pero no a exigir que veneremos sus estupideces”  

Nicolás Gómez Dávila 

Estos disparates son peligrosos y dañinos para la salud mental de la población, merecen nuestro más enérgico repudio.  

Algunos son tan absurdos que no merecen siquiera ser refutados y los estupidizados sirvientes que las repiten tampoco merecen nuestro tiempo y mucho menos hundirnos en discusiones viciadas de hegeliana dialéctica, ignorarlos preservará nuestra presión arterial.  

La oratoria y la discusión solo para quienes saben y quieren escuchar. 


“La sociedad está sometida a una presión creciente para que todos acepten el mundo ilusorio de una minoría, para hacer que todo el mundo comparta esa ficción, por ejemplo, mediante la alteración del lenguaje, que se ve obligado a dejar de describir la realidad y ajustarse a ese mundo alternativo”.  

Jean-Francois Braunstein 

 

Todo es un negocio. Asistimos pasivamente a un aquelarre de mercaderes. Todo es un inescrupuloso relato para controlarnos y permitirles a los dueños del Nuevo Orden Mundial hacer mucho dinero con nuestras vidas y muertes. Y esto último es literal. 

Nadie evalúa el daño causado por sostener una idea errada. 

¿Cuántas veces debería re-pensarse las cosas antes de transmitirlas a un niño? 

Las idioteces no sólo dañan a quien las propone. Muchos de ellos terminaron locos, drogadictos, depravados o suicidas, o todo eso junto; otros abusaron de la pedantería explotando una estética agresiva y desagradable; pero lo malo fue que, inmediatamente después, vinieron los inescrupulosos comerciantes y convirtieron esas idioteces en "serios cuestionamientos de los intelectuales de vanguardia”.  

Así, el daño es mayúsculo, las necedades se convirtieron en el decálogo de lo políticamente correcto que nadie puede contradecir so pena de “cancelación” y están afectando a la sociedad toda. 

Los legos esnobs compiten en una loca carrera a través de un lodazal porquero por ver quien apoya la idea más insurgente. 

La ignorancia simplifica con sinrazones y la soberbia se regodea rechazando escuchar y estudiar, las taras y miserias humanas se justifican y la felicidad sólo se alcanza con el todo vale. Los brutos repiten las necedades y los idiotas las festejan. Esto es la revolución. 

Nunca rechacemos el envite en pos de la Verdad, eso es necedad.  

El humanismo no nació con el Renacimiento, ni la política con la Revolución Francesa, ni la ingeniería con la máquina a vapor. Los protestantes quemaron “brujas” por política, pero La Santa Inquisición fue otra cosa. El Despotismo Ilustrado fue fruto del modernismo, pero las monarquías cristianas medievales fueron otra cosa. Los españoles no fueron genocidas, Isabel I fue de una adelantada de los derechos humanos, la conquista tuvo mestizaje y evangelización en lugar de exterminio, el término "Latinoamérica" no significa nada y la educación en la Argentina no comenzó ni con Roca ni con Sarmiento. La democracia no es una forma de vida, es solo una forma de gobierno y no de las mejores. La paz no es la ausencia de la guerra. Y si nuestras Fuerzas Armadas no hubieran ganado la guerra contra la subversión, ni el “padre de la democracia” hubiera existido.  

Milenios de historia y cultura esperan pacientemente en los libros y Dios espera pacientemente que le abran la puerta.  

Debemos enfrentar la vida con honestidad intelectual y no temer reconocernos ignorantes.  

Evitemos conclusiones apresuradas y acciones sin la debida instrucción. Pensar, a veces, toma años. 

Debemos leer de todo, y si no es afín, mejor, nos exigirá ser críticos con buenas argumentaciones. Los ignorantes rechazan estos desafíos y “cancelan” al mensajero. La historia no conoce de casualidades. Las rápidas conclusiones sobre aparentes dicotomías no explican nada.     

Debemos reflexionar, el silencio ayuda, y de vez en cuando rezar, un poco de ayuda extra siempre es bienvenida, ... no nos volveremos “chupa-cirios” por eso. 

 

Parte VI 

Finalmente, pareciera que vivir bien tiene algunas recetas 

Converso con el hombre que siempre va conmigo 
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—; 
mi soliloquio es plática con ese buen amigo 
que me enseñó el secreto de la filantropía 

Antonio Machado 

El dinero, o el excesivo apego a lo material, distrae demasiado. 

Una raza aparte son los mercaderes que hacen dinero mofándose de la Verdad sin medir consecuencias y aún peores son sus esbirros que disfrutan del dinero mal habido e inventan alguna justificación para no sentirse culpables. 

Al mundo le agradan los tibios que prefieren amoldarse. La flexibilización, la negociación y "el acuerdo" entre la verdad y la mentira, son conductas “civilizadas”. La diversión, los placeres, los instintos sin frenos y el bon vivant son el premio al éxito y a la fama. 

Ser libres, por el contrario, implica el categórico rechazo a la mentira. 

Pero paradójicamente, la Verdad es la rechazada habitualmente y muy pocos se quieren dar por enterados. Algunos le escapan por cobardía, otros la enfrentan por odio.  

Quienes la defienden son ridiculizados de retrógradas y son perseguidos. Quienes la enfrentan se disfrazan de libertadores y suelen ser “humanistas” alegres y cordiales. Quienes le escapan somos la mayoría en momentos de debilidad. 

Para preservarnos, no es necesario escondernos.  

Es inevitable, nuestra naturaleza impide la perfección, y una y otra vez seguiremos errando. Nunca podremos, y no debemos, tirar la primera piedra. Somos peores que muchos otros. Y aun así, siempre y en todo lugar debemos ser testigos de la Verdad. 

La humildad nos permite reconocernos vulnerables. No sabemos de todo y nunca sabremos lo suficiente de algo. 

Aunque sería falsa modestia asimilarnos a la ignorante chusma o escondernos cuando nos señalan despectivamente como “los dueños de la Verdad”. 

Sí, y mil veces sí, la Revelación “nos hace dueños” de la Verdad, ... y que los escépticos y agnósticos sigan rebuznando y buscando donde nunca la encontrarán. 

“- Sabes tú más que San Jerónimo? 
- Puedo saber todo lo de San Jerónimo y un poquito más, gracias a San Jerónimo y sin ser más grande que San Jerónimo: así un enano parado sobre los hombros de un gigante puede ver más lejos que el gigante.” 

p. L. Castellani 

Quienes defienden la Verdad son marginados por los propios y perseguidos por los ajenos. Los primeros se burlan, los segundos llegan a matar. La historia abunda en ejemplos.    

El enemigo sabe de nuestras debilidades, pero también toma recaudos ya que la Verdad que “nos acompaña” infunde temor. 

La oportunidad y la prudencia muchas veces son desvirtuadas, se las menciona para eludir el enfrentamiento y justificar la cobardía 

La virtud de la prudencia pondrá en juego nuestro criterio y equilibrio. La falsa prudencia es el resultado del cálculo egoísta y la hipocresía. La verdadera rinde honores a la Caridad. 

“No hay virtud más injuriada que la prudencia, 
en su nombre, se cometen las peores traiciones” 

p. F. Highton 

Somos débiles y muchas veces no podemos cumplir con lo que pregonamos, pero eso habla de nuestra falsedad no de la falsedad del mensaje. 

“La Iglesia no es la asamblea de los puros, sino el hospital de los pecadores” 

G. K. Chesterton 

Somos miedosos y muchas veces le huimos a la provocación, pero eso habla de nuestra cobardía no de lo malo de un buen combate. 

“No me satisface el pacifismo anticristiano de los egoístas que piensan en sí mismos, mientras reptan a través de una existencia pacata y sin sobresaltos”  

A.Caponnetto 

 

Parte VII 

 

Crecí en los ‘60 y en casa se “vivía” la política. Discutir de ideologías, gobiernos, golpes, revoluciones, imperialismos, dictaduras, etc., era cosa de todos los días, y nombrar amigos muertos, presos, torturados, exilados y en la clandestinidad, también. Poco y nada entendía yo, pero los escuché nombrar a todos. 

 

Al inicio de mi adolescencia todo era confusión y contradicción, las izquierdas y derechas eran peronistas y antiperonistas simultáneamente, una verdadera maraña de ideas queriendo conformar doctrinas. Ninguna nunca llegó a nada y las ideologías debieron importarlas ya hechas, pero nunca las entendieron. Finalmente, las neuronas solo dieron para fanatismos y la violencia se devoró las buenas intenciones, si es que hubo alguna. 

   

Gracias a Dios supimos escuchar a quien ya había perseguido y sufrido la quimera de "la revolución". Nos ayudó a descubrir la Verdad, nos acercó algunos libros, nos impulsó a estudiar y aprendimos a pensar. En mi caso fue mi Papá. 

 

A mis 20, había dejado muy atrás la diabólica inteligencia sentimentaloide de las izquierdas, y descubierto, no por mérito propio reitero, la única Doctrina sana.

 

La Política con mayúsculas, elevada por encima de las ideologías y sin mezquina partidocracia; la economía sin servilismos, ni individualismos liberales ni totalitarismos y la verdadera Justicia Social con caridad cristiana; todo ello basado en el respeto a la dignidad de las personas y al Orden Natural. Pero esto da para otros escritos. 


“Nacimos para ser Felices, no para ser Perfectos…  


El amanecer es la parte más bonita del día porque es cuando Dios te dice 

” Levántate!

Te regalo otra oportunidad de vivir y comenzar nuevamente de mi mano”.

  

Los días buenos te dan FELICIDAD,  

los días malos te dan EXPERIENCIA,  

los intentos te mantienen FUERTE,  

las pruebas te mantienen HUMANO,  

las caídas te mantienen HUMILDE,  

pero solo DIOS te mantiene de pie.” 

 

San Juan Pablo II 


 

¡Qué Dios nos ayude a “pensar la patria”!   



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