Ya
pasó otro 24 de Marzo y los años se suceden sumando tristezas. La confusión
entre los más jóvenes y entre quienes estuvieron ajenos a los hechos de
aquellos años se agiganta, y los protagonistas, insisten con interpretaciones
parciales que justifiquen sus miserias. Nadie se equivocó y nadie tiene motivos
para arrepentirse y pedir perdón, pero todos exigen
arrepentimiento de los demás. Curiosamente, todos actuaron defendiendo la
libertad y por amor al prójimo..