De pluma ajena - Semejanzas entre Argentina y España (06/2023)




No tengo dudas que en las próximas elecciones, la ciudadanía rechazará los populismos que nos han empobrecido, demandará justicia para los corruptos, y elegirá una opción un poco más seria en lo económico y más institucional en lo político.




El socialismo del siglo XXI con su estado de gigantesco tamaño destruyó la iniciativa privada, nos enseñó a odiar el esfuerzo, el mérito y el trabajo, fomentó la vagancia, y se arrodilló frente a los poderosos del mundo comprando el discurso esnob de ideologías circenses, multicolores y antinaturales que los perversos globalistas han ideado para corroer las bases del humanismo Verdadero. Sí, nos dejó hundidos hasta el cuello en un estercolero.

Pero lo mas dañino es lo que no se ve de inmediato, el daño a la educación en general y el enseñoreo de la perversión con los niños en particular, ya está hecho, han dañado al menos a una generación. Del oficialismo no debemos esperar reacción alguna, son enfermos fanáticos de ideología y morirán con una sonrisa hundiendo la cabeza en el estercolero; pero de la oposición esperamos más, hasta ahora uno solo a mencionado una hilacha de racionalidad "voucher escolar, no al aborto y no al ESI", ¡ y es un liberal !, y ¿el resto que se cree dueño "del cambio"?

Como menciona la lic. Zaldivar en sus publicaciones, visiten el vomitivo sitio Docentes por el Derecho Aborto y tendrán una idea de la educación que seguramente nuestros niños están recibiendo en algunas de las escuelas públicas, especialmente las administradas por el necio marxista de Axel y/o por el taimado traidor de Larreta.

De los perversos ideólogos, y de sus lacayos los inneuronados argentos progres, ya se ocupará la justicia divina, digo esto porque las penas que yo les aplicaría a estos "docentes" que celebran la diversidad de género y los cambios de sexo, luchan por el aborto y contra la discriminación mintiendo una falsa igualdad, son castigos a la medida del daño causado, casi un adelanto del merecido infierno.

"Pero quien escandalizare a uno solo de estos pequeños que creen en Mí, más le valdría que se le suspendiese al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno, y que fuese sumergido en el abismo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Porque forzoso es que vengan escándalos, pero ¡ay del hombre por quien el escándalo viene!"


Pero de frenar el avance de esta ponzoña que daña la inocencia de los niños, nos tendremos que ocupar nosotros. Dios permita que podamos hacerlo por medio de las urnas y que los elegidos entiendan la gravedad del caso.

No se puede enseñar en los colegios a ser antinatural o inmoral y esperar que todos los padres lo acepten mansamente. La niñez no es negociable y en algún momento alguien reaccionará y será de la peor manera. Y luego, ya no se podrá detener, reacción tras reacción, sabemos donde termina.

Nuestra madre patria también está gobernada por fanáticos socialistas cuando no terroristas, padece los mismos males de los progres esnob cuando no marxistas y está hasta el cuello en el mismo estercolero. 

Ellos también tienen una oposición mediocre, socialdemócratas que dicen ser la derecha y funcionan como cómplices de los pervertidos, y deberán elegir gobierno el 23 de Julio. Dios quiera nos puedan mostrar el camino y que ambos logremos al menos un gobierno que funcione como antiséptico de tanta lacra.  



¡Qué Dios nos ayude a “pensar la patria”!



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Comparto una secuencia de publicaciones de https://gaceta.es/ realizadas por la Licenciada María Zaldivar durante los meses de Abril y Mayo de 2023. Incluyo solamente las 3 primeras y les recomiendo visitar el sitio ya que ella continua escribiendo sobre las:

"Semejanzas entre Argentina y España"

I - Pobreza, agenda ‘woke’ y una oposición que no ejerce como tal

Cuando en la República Argentina el Congreso Nacional sancionó la ley que establecía el voto universal, Roque Sáenz Peña, el presidente de la nación que la impulsó, hizo una convocatoria pública «quiera el pueblo votar»—, atento a que aún no estaba incorporada la tradición de hacerlo como un derecho ni como un deber cívico. Con el correr de los años, esa suerte de arenga sufrió una modificación, tanto que se instaló en la memoria popular como «sepa el pueblo votar». Tal vez, ese llamado a la conciencia pueda caber por estos tiempos para concientizar a los españoles.

Un horrible parecido con las penurias que transita la República Argentina se percibe en España. Es bien probable que la población local no lo registre con la claridad que sí tiene para cualquier persona oriunda de sudamérica.

Los procesos de deterioro son lentos. El día a día consume las preocupaciones generales y es el principal motivo por el cual los cambios y retrocesos no sean identificados prematuramente. La coyuntura española, particularmente engorrosa de los últimos años, alimentó esa distracción sobre el futuro, en tanto crecían las dificultades cotidianas pero con consecuencias de largo plazo.

Por obra de la repetición de políticas económicas equivocadas, Argentina arrastra desde hace décadas un déficit habitacional que se agrava por la inacción oficial. La pobreza estructural, la falta de crecimiento económico y la imposibilidad de acceso al crédito para la adquisición de viviendas son algunos de los escollos que el ciudadano encuentra a la hora de dar solución a una cuestión tan básica como es tener un techo. Pero quizá el problema más grave y más difícil de resolver es la incertidumbre. La población no confía en la estabilidad política y no se atreve a endeudarse porque el futuro se presenta incierto.

Los políticos se encargan de afirmar esta percepción y las medidas que toman no hacen sino consolidarla.

En Argentina, tal y como pasa en España, una pésima legislación sobre alquileres está complicando a dueños y a inquilinos. El Congreso votó una ley horrible que perjudica a ambas partes. Las cláusulas introducidas produjeron una rápida retracción de la oferta ante la falta de garantías sobre la propiedad privada que contiene la norma. El resultado inmediato fue el agravamiento del problema: miles de personas no consiguen rentar una vivienda. Las autoridades reconocen que la ley es pésima, pero desde 2020, año en que fue sancionada, no han hecho nada.

Este es sólo un ejemplo, pero los parecidos abundan. En ambos lados del Atlántico parecen fomentarse las mismas cuestiones: la inflación en aumento, que no desvela a las autoridades; el desvarío de la educación cooptada por la progresía LGTB que va por la destrucción de las tradiciones, la ruina del lenguaje, las costumbres y el avance del Estado sobre el derecho de los padres a decidir sobre la educación de sus hijos; la inseguridad creciente que mantiene a la población amenazada por la debilidad frente al delito que practican tanto las autoridades españolas como las argentinas son otros temas no menos relevantes.

Hace nueve meses, tuve la oportunidad de entrevistar al líder de VOX, Santiago Abascal, y ya entonces describió sin eufemismos los peligros inminentes que acechaban a España: la amenaza rusa y su sincronía con los chinos, que explica los acontecimientos de los últimos años: «El virus que salió de China hundió la economía internacional mientras China despegaba y el resto del mundo padecía la caída del empleo y el desmantelamiento industrial con la excusa del cambio climático. Sólo crece la producción de energía en esos países, que luego nos la venden y nos hacen más dependientes, con más desempleados y más pobres», dijo entonces el diputado.

Y la ruina no se detuvo allí. VOX viene denunciando situaciones calcadas de la realidad argentina: intentos por controlar el poder judicial, asalto a las instituciones y una decidida intención de acabar con la división de poderes.

Como en Argentina, en la España de Pedro Sánchez se pacta con lo peor del espectro político; allá con el comunismo, el separatismo y el terrorismo, devenido falsamente democrático, y en Argentina con el narcoterrorismo y el indigenismo que ya controla vastas porciones de territorio. ¿Sería una suerte de separatismo ad hoc? Pues, como Cataluña, reclama territorio y controla una suerte de fronteras internas que son defendidas con extrema violencia por los pseudo pueblos originarios.

Estas gravísimas denuncias no fueron atendidas, ni en España ni en Argentina, por quienes se dicen en la vereda de enfrente del sanchismo o del kirchnerismo. ¿Cómo se explica tamaña negligencia?

Se explica observando la conducta de esos políticos, especuladores profesionales. A partir de esta descripción de los hechos, el panorama no luce alentador, con una derechita cobarde que sigue intentando, infructuosamente, obrar de oposición mientras hace equilibrio para no mostrarse ni muy de izquierdas ni muy de derechas, objetivo que siempre sale mal. Quien pretende gobernar sin definirse en temas cruciales es porque no tiene un plan de largo plazo sino que va resolviendo las cuestiones sobre la marcha y eso lo lleva a ser funcional y débil frente a la firmeza de los que sí lo tienen.

La izquierda tiene un plan detalladamente diagramado que hasta ha hecho público y está expresado en la Agenda 2030 y es impulsado por la burocracia internacional que, desde Bélgica, empuja las políticas que España viene incorporando con rigurosa docilidad. Casi en espejo, América Latina transita las mismas sendas bajo la tutela del Grupo de Puebla.

España y Argentina se asoman a elecciones este año y los partidos de oposición se muestran como pretendidas opciones al desquicio reinante pero, en verdad, no lo son. La larga administración del PSOE ha significado la perdición de España, pero el PP, aliado político del partido de Mauricio Macri en Argentina, no terminó de presentarle batalla como tampoco lo hizo Juntos por el Cambio al kirchnerismo. En los grandes temas terminan acordando. En Argentina votaron juntos la ley de alquileres, las moratorias que sólo benefician a los incumplidores seriales y habilitan el ingreso al sistema de dinero de procedencia incierta y la suba de impuestos. No se han opuesto a las leyes ESI (de educación sexual integral), han alentado la legalización del aborto y han abierto las puertas de la salud pública a los tratamientos de bloqueo hormonal para adolescentes y preadolescentes sin supervisión de un mayor y a las cirugías de cambio de sexo.

El cambio climático y la economía sustentable también son banderas que comparten con el socialismo izquierdista del Siglo XXI. En síntesis, las diferencias entre ambas ofertas electorales hay que buscarlas con lupa. Claro está que con unos es más rápido el camino hacia el progresismo explícito en tanto que con los otros hay matices que sirven más para confundir al electorado que para evitar la concreción del proyecto de los burócratas de Bruselas.

La larga amistad entre Mauricio Macri y las sucesivas autoridades del Partido Popular o los recientes elogios de Isabel Díaz Ayuso al alcalde de Buenos Aires y candidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta confirman esas coincidencias.

La muletilla de «Vamos camino a Venezuela» fue consumida en Argentina por años mientras el populismo se colaba por todos los rincones. Pero Argentina es Venezuela hace años. Es la Venezuela de Hugo Chávez a la que se llegó distraídamente. Tan Venezuela somos que hasta superamos su nivel de inflación y a diario despedimos a cientos de nuestros jóvenes que abandonan el país en busca de trabajo y futuro.

España no va a ser Venezuela pero debe luchar para no ser Argentina; no permitir que el delito y la impunidad se transformen en costumbre, defender las instituciones y la tradición, reivindicar la nacionalidad con tanto orgullo como su pertenencia a Europa y, fundamentalmente, no debe permitirse dejar de luchar, que la política woke, el contubernio y el buenismo no les gane la batalla hasta hacerles bajar los brazos. No se entreguen. No desistan.

Por eso, en vísperas de elecciones cabe un llamado desesperado a nuestros mayores de Europa, a nuestra querida madre patria.


II - Las conexiones con las dictaduras iberoamericanas

y la reescritura de la Historia

Si de niños hemos jugado el juego de las diferencias, marcando sobre dos dibujos casi idénticos ínfimas desigualdades prácticamente imperceptibles, hoy podemos hacer lo mismo en el derrotero político de España y Argentina.

La sombra de «Vamos camino a ser Venezuela» se esgrime en ambos países sin que nadie repare en que Argentina hace años que ya es Venezuela y que la influencia venezolana sobre el Gobierno español data de hace tiempo. Argentina es la Venezuela de Hugo Chávez, sin moneda ni instituciones, con una inflación galopante y la población intentando salvarse abandonando el país. Del éxodo de argentinos de todas las edades y de todas las condiciones económicas y sociales puede dar cuenta España, que los recibe con generosidad. Según estadísticas oficiales, 35.000 argentinos recalaron allí legalmente sólo en 2021, el doble que el año anterior. Eso sin contar los que arriban con pasaporte europeo y los que lo hacen temporalmente y luego se quedan de forma permanente.

En tanto, los lazos de España con el chavismo se tejen con la complicidad del Gobierno argentino. «Mientras fui director de Inteligencia y Contrainteligencia militar de Venezuela recibí una gran cantidad de reportes señalando que el financiamiento internacional estaba ocurriendo. Ejemplos concretos son: Néstor Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Lula da Silva en Brasil, Fernando Lugo en Paraguay, Ollanta Humala en Perú, Manuel Zelaya en Honduras, Gustavo Petro en Colombia y el Movimiento Cinco Estrellas en Italia. Todos estos fueron reseñados como receptores de dinero enviado por el gobierno venezolano», señaló Hugo Armando Carvajal en su declaración a la Audiencia Nacional en España, según publicó el medio OkDiario. «España no fue la excepción. El financiamiento por parte de Venezuela impulsó la creación del partido político Podemos», agregó en su escrito.

Carvajal, cabeza de los servicios de inteligencia y espionaje venezolanos bajo la dictadura del fallecido Hugo Chávez, fue detenido en septiembre de 2021 en la ciudad de Madrid tras estar prófugo de la justicia por dos años.

En el trámite que lleva adelante la justicia española aportó documentación valiosa para la investigación que compromete a los fundadores de Podemos, Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero; concretamente, mostró los contratos suscriptos entre el régimen chavista y la Fundación CEPS, germen del mencionado partido político y la declaración de testigos protegidos acreditaría la injerencia de Venezuela en la política partidaria española a partir del dinero facilitado.

El militar detenido también detalló el mecanismo por el cual se utilizaban paraísos fiscales y las embajadas de Venezuela o Cuba en el flujo del dinero, aportando datos que afectan a terceros países. En ese sentido, Carvajal habló, concretamente, de 21 millones de dólares que habrían sido recibidos por Néstor Kirchner de manera irregular. Esto, por escandaloso que parezca, no resultaría una novedad en los tribunales argentinos, que intentan descifrar la compleja maraña que involucra a los Kirchner y a decenas de funcionarios de sus respectivas administraciones, épocas signadas por una modalidad recurrente: el movimiento en efectivo de enormes cantidades de dinero, principalmente euros. Por cierto, la reciente condena por corrupción y administración fraudulenta que pesa sobre Cristina Fernández no hace sino acreditar las sospechas.

En Estados Unidos, Carvajal es reclamado por delitos de tráfico de drogas y armas. Su extradición fue concedida en un primer momento. Sin embargo, y tras un recurso de la defensa de Carvajal, la Audiencia Nacional de España determinó que hubo un «defecto de forma» en un auto judicial, por lo que la materialización de la entrega a Estados Unidos quedó suspendida hasta que se subsanara dicho error. Desde entonces, no hay fecha estimada para que vuelva a ponerse en marcha la causa. Así, el proceso de extradición desde España hacia Estados Unidos, que ha sufrido varios sobresaltos incluido la fuga del acusado, volvió a quedar paralizado.

Esta nueva dilación lleva un poco de calma al bunker kirchnerista. Que Carvajal siga en custodia del país gobernado por sus amigos, el socialista Pedro Sánchez y la banda de comunistas de Unidas Podemos, es mucho mejor noticia que su extradición a Estados Unidos.

Más allá del caso particular de Carvajal, lo relevante es que quedan expuestos los lazos del chavismo con regímenes autoritarios de la Iberosfera a través del financiamiento espurio de funcionarios y de políticas públicas que no hacen sino contribuir al empobrecimiento y la decadencia de las sociedades en las que influyen.

La amenaza más concreta son las similitudes del socialismo «moderno» que España y Argentina consumen, donde el PSOE intenta mostrar una suerte de cara amable mientras alimenta al monstruo con el que está asociado. Esa alianza sigue vigente y ha marcado cada medida de Gobierno.

En Argentina no es muy distinto. El peronismo es uno solo, aunque las diferentes variedades pretendan decir lo contrario. El peronismo es un movimiento encolumnado tras la figura de un corrupto, inescrupuloso y pedófilo; Juan Domingo Perón persiguió, torturó (o mandó torturar) y mató opositores; controló la economía con mano militar; se apoderó de la producción privada; cerró cientos de medios de comunicación opositores y confiscó La Prensa, una insignia nacional, el diario más antiguo y prestigioso del país lo que habla de la censura que se padeció durante su administración; incendió y profanó iglesias entre otras salvajadas. Que la cuenten como quieran, pero quien se diga peronista, menemista o kirchnerista está reivindicando a ese ser siniestro.

Hoy gobierna una mezcla de bandos (o bandas) peronistas que, como Pedro Sánchez, trata de ocultar lo peor de sus «pasajeros». Hay terroristas de los años 70 o sus hijos en la función pública tomando decisiones y poniendo al país en una trayectoria sin retorno.

La reescritura de la historia

Una de las armas silenciosas de estos regímenes es apoderarse de las banderas de la ética. Ellos establecen la medida de lo que está bien y de lo que está mal y lo hacen con tal virulencia que nadie se anima a discutirles los postulados. Acto seguido, reescriben la Historia. Este proceso pasó en Argentina con el «Nunca Más» y el Parque de la Memoria, como está pasando en España con la ley de la Memoria Histórica y el Valle de los Caídos. La izquierda sentencia o absuelve.

Ese espacio es el primer sitio de memoria de Argentina, surgido a instancias de los organismos de derechos humanos durante la década de los 90 que venían sumando protagonismo político.

Es tan absolutamente transparente su objetivo que lo reconoce en su página oficial: «Este lugar de memoria no pretende cerrar heridas ni suplantar la verdad y la justicia, sino constituirse en un lugar de recuerdo, homenaje, testimonio y reflexión». No buscan la pacificación del país, sino, muy por el contrario, mantienen vivo el enfrentamiento; es un lugar donde figuran los nombres, tanto de muertos del período de la guerra antisubversiva de los 70 como de guerrilleros confesos, caídos en combate o exiliados en el extranjero y del que quedaron excluidas las víctimas del terrorismo, que se cuentan de miles y son invisibilizadas.

En el caso español, la Ley de Memoria Democrática es una suerte de ordenamiento jurídico que modifica a su antecedente, la Ley de la Memoria Histórica votada por el Congreso de los Diputados en 2007, que a su vez partió del proyecto de ley previamente aprobado por el Consejo de Ministros en 2006, durante el mandato del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. A esta nueva herramienta jurídico-política bien se le puede aplicar la misma intención del Parque de la Memoria argentino. Ninguno tiene ni tuvo nunca la intención de apaciguar las almas y ayudar a dar vuelta una página dolorosa de la historia de ambos países, sino todo lo contrario. Ambos azuzaron el desencuentro y, a través del relato falaz que construyeron sobre hechos recientes, satanizan a su adversario político.

La exhumación de los restos de Francisco Franco del Valle de los Caídos fue una venganza largamente esperada y una promesa cumplida de Pedro Sánchez, que se suma a la reciente exhumación de José Antonio Primo de Rivera del mismo espacio. Esta gente no deja en paz ni a los muertos y no se conforma con nada.

En esta segunda entrega de parecidos entre Argentina y España quedan expuestas las miserias que fomentan ambas administraciones en materia de memoria histórica y relato.


III - El reemplazo de la educación clásica por el adoctrinamiento estatal

Argentina fue uno de los países pioneros en la América hispana en poner en marcha un proceso sutil de reemplazo de la educación clásica que consiste, esencialmente, en impartir conocimientos, por una suerte de adoctrinamiento estatal severo con la deliberada intención de suprimir los valores tradicionales de la sociedad y reemplazarlos por las modas progresistas del Siglo XXI. Si bien la libertad de contenidos nunca fue una política de Estado en la Argentina, el desembarco del peronismo kirchnerista profundizó las distorsiones.

En 2006 Argentina sancionó la ley de Educación Sexual Integral (ESI) que, según reza en sus fundamentos, «instaura el derecho de quienes estudian en cualquiera de los niveles y modalidades educativos a recibir Educación Sexual Integral».

La norma abarca cinco ejes: cuidar el propio cuerpo y la salud, valorar las relaciones interpersonales libres de discriminación, coacción y violencia, garantizar la equidad de género, respetar la diversidad y ejercer nuestros derechos. Se trata, en los papeles, de conceptos vagos e imprecisos que maquillan un proyecto educativo en principio escolar pero ampliado a la injerencia de centros de salud y organizaciones sociales. Esto, lejos de tranquilizar, enciende una señal de alarma en cuanto a que implica involucrar personas ajenas a los establecimientos educativos en la formación de nuestros hijos.

Para niños de 3 y 4 años, en jardines de infantes, se trabajan contenidos relacionados con «las partes externas» del cuerpo humano y el vocabulario correcto para nombrar los órganos genitales; los procesos de gestación y nacimiento y la diversidad de familias. En este punto se les enseña la «normalidad» de un grupo familiar con dos papás o dos mamás, por ejemplo.

En el nivel primario (entre 6 y 12 años) la temática es «el cuerpo humano, la diversidad en las personas: apariencia física, orientación sexual e identidad de género; el embarazo, los métodos anticonceptivos y nuevas formas de masculinidad y femineidad en el marco de la equidad de género». Insistimos, son contenidos para niños de 6 a 12 años.

Y para adolescentes entre 13 y 17 años, lo que en la Argentina se denomina nivel secundario, van por «los marcos legales para el acceso a los servicios de salud sexual» (sin eufemismos, esto significa acceso al aborto sin consentimiento ni compañía de un adulto); «el reconocimiento y respeto a las distintas maneras de ser mujer y de ser varón; el derecho de las personas a vivir su sexualidad de acuerdo con sus convicciones y preferencias en el marco del respeto por los/as otros/as y las distintas miradas sobre el aborto», como si hubiese más de una forma de ver el aborto.

La ley no disimula cuando aclara: «La perspectiva pedagógica con la cual se trabaja la ESI es una perspectiva de género feminista. Es decir, se nutre de los cuestionamientos del feminismo y es transmitida por «especialistas», formadores de docentes en ESI que son parte de la «Red de Docentes por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito«.

Y continúa: «La pedagogía que acompaña a la ESI sea feminista no significa que sea una cosa de mujeres. El feminismo apunta a romper con el sistema de dominación violento que ejercen el machismo y el patriarcado»….»Tiene una perspectiva que cuestiona a los conservadurismos, las posiciones reaccionarias«.

La ESI es una herramienta evidente de transformación social que involucra las leyes de matrimonio igualitario (2010), de identidad de género (2012), de capacitación obligatoria en género (2019) y ley de acceso a la interrupción voluntaria del embarazo.

Poco importó a Cristina Fernández de Kirchner quien, como senadora, votó a favor de legalizar el aborto, la opinión de quien fuera su dilecto amigo, el Papa Francisco. Su Gobierno impulsó todas estas modificaciones, prolijamente alineadas con los postulados de la Agenda 2030. Lamentablemente, el principal partido de la oposición, Juntos por el Cambio, no cuestiona esta violenta y malsana intromisión en el seno de la familia argentina. De esta manera, muchos padres han sido conducidos a delegar en el Estado los contenidos educativos de sus hijos.

La pobreza estructural, en la actualidad el 54,2% de los menores de 14 años se encuentra bajo la línea de pobreza según datos oficiales, conforma un sistema profundamente injusto que marca una brecha insalvable entre aquellos padres que pueden elegir qué educación quieren que sus hijos reciban y los que no. Obviamente, se trata de una cuestión puramente económica: unos, los menos, acceden a colegios privados en los que no hay huelgas docentes, no hay manipulación de la niñez y si la hubiera, los progenitores pueden reclamar o cambiar a sus hijos de establecimiento y optar por aquellos cuyos contenidos se adaptan a sus sistemas de valores, y luego está la educación pública, en la que el Estado decide a qué escuela va cada niño y donde lo que se enseña queda a criterio de los burócratas del Ministerio de Educación. Además, la enseñanza pública es rehén de decenas de sindicatos que paralizan la actividad al tal punto que esos alumnos pierden entre 4 y 6 semanas de clase por año. En esas escuelas recalan los hijos de padres de escasos recursos, gente atrapada en la telaraña del populismo empobrecedor.

España no llegó tan lejos. Aún. El traspié de gestión de Pablo Iglesias y la catastrófica consecuencia en las urnas frenó el proyecto de Unidas Podemos en este sentido, pero sigue vigente. El 29 de diciembre de 2020 el Gobierno socialista de Pedro Sánchez aprobó una nueva ley educativa que incorpora la educación sexual de forma transversal en las escuelas de primaria. A pesar de que la norma está en un estado inicial, se prevé que su implementación total sea en 2024.

España también aprobó dos leyes trascendentales: una que permite la libre autodeterminación de género a partir de los 16 años y otra que reforma la del aborto. En el primer caso, el texto suprime los requisitos que eran necesarios hasta ahora, como un informe médico que diagnosticara disforia de género y una prueba de tratamiento hormonal por dos años. Ahora sólo se reconoce la voluntad del niño y se extiende el derecho a jóvenes de entre 12 y 16 años bajo ciertas condiciones. Además, las menores podrán abortar sin el permiso de sus padres a partir de los 16 años.

Como si esto no fuera suficiente avance sobre temas sensibles a la familia y la crianza de los hijos, basta mencionar la espantosa ley del «sólo sí es sí» impulsada por la esposa del podemita Pablo Iglesias, la ministra de Igualdad Irene Montero que, lejos de traer soluciones a la violencia contra la mujer, agravó la situación al asegurar la rebaja de penas a los condenados por delitos sexuales. Desde su sanción, con horror, las víctimas presencian impotentes cómo sus agresores quedan libres por obra de una ley política cuya consecuencia jurídica es una innegable voluntad de despenalizar esas conductas perversas. La inacción frente a esta atrocidad es la única política de estado y tanto la ministro como su partido declararon que la norma «no ha tenido los resultados esperados» mientras continúa el goteo de delincuentes sexuales excarcelados.

El siglo pasado se intentó la colonización y destrucción de las tradiciones por la fuerza y resultó un fracaso. Pero la intención no decrece y ahora las izquierdas han elegido una metodología aparentemente amigable, enarbolando banderas de supuestos derechos y mejoras. De nosotros depende frenarlos. De nosotros depende defender la España de nuestros ancestros y el camino es rechazar, tanto a quienes nos ofrecen esas alternativas, como a quienes no las combaten a viva voz.


Ver publicaciones originales https://gaceta.es/author/mzaldivar/




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