La Guerra Cristera (1926-1929) (02/2019)


En México, “La Revolución” llegó al gobierno a comienzos del 1900 y tuvo su época más nefasta durante la presidencia de Plutarco Elías Calles 1924-1928. Un Socialista-Masón proveniente de una familia terrateniente y minera (curioso, ¿no?) que desde el poder persiguió, torturó, asesinó y quemó cuanta iglesia, cura y cristiano se le cruzó en el camino.

Además de la sanguinaria violencia ejercida desde todos los poderes del Estado, expropió templos y bienes de la Iglesia, expulsó sacerdotes, prohibió las misas y todo otro sacramento y decretó leyes penales por las que “el solo hecho de llevar un rosario al cuello o santiguarse al pasar frente a una iglesia, era un delito”.  Una verdadera “opresión atea, laicista y masónica”. (1)

La reacción fue de los aldeanos y campesinos, de los sin derechos y excluidos, de los pobres y oprimidos (curioso ¿no?), y pese a que los obispos “acuerdistas” pedían calma (curioso ¿no?), los fusiles se hicieron sentir.

Desatada “La Contra-Revolución”, unos pocos obispos (lamentablemente), y si, unos cuantos curas, pasaron a la clandestinidad y con el pueblo campesino en general y al grito de “¡Viva Cristo Rey!” (de ahí que los llamaran peyorativamente “Cristeros”) y ¡Viva la Virgen de Guadalupe! se levantaron en armas en defensa propia y de “La Libertad Religiosa”.

“… La Iglesia busca la paz, que es la tranquilidad en el orden; sin embargo, cuando es atacada, debe ser defendida, como se defiende a una madre, a una esposa, a una hija. Porque lo de la otra mejilla se aplica para el plano personal. El que es verdaderamente cristiano debe saber que una cosa es buscar la paz y otra el claudicar de sus creencias, dejarse avasallar y renegar de Jesucristo, que no sólo aguantó bofetadas, sino que al menos dos veces usó el látigo.” (2)

Resulta muy educativo repasar los hechos que dieron origen y desarrollo a la guerra cristera:
  • Se desató en Junio de 1926 con la Ley de Reforma del Código Penal (conocida como Ley Calles y basada en la Constitución de 1917) donde: Se determinaba el número de sacerdotes por cada templo, se prohibían las órdenes monásticas y se establecía que los sacerdotes debían ser mexicanos por nacimiento (expulsando a los sacerdotes extranjeros). Se prohibía el culto y se prohibía tener o abrir Colegios (sólo enseñanza laica dictada únicamente por el Estado). Se restringían los derechos de propiedad de las organizaciones religiosas, es decir, se les quitarían los bienes a la Iglesia, y se les prohibía el uso de sus hábitos a sacerdotes y líderes religiosos. Y obviamente, se les suspendieron sus derechos civiles básicos (ni libertad de expresión ni derecho al voto).
  • Pese a que los obispos “aceptaron” las restricciones, y los EEUU “honraban con silencio” el acuerdo Calles-Morrow, las reacciones protegiendo a Iglesias y curas y en defensa de “La Libertad Religiosa”, comenzaron a manifestarse en Enero 1927 desde los poblados rurales. Su foco principal será en el norte de Guadalajara donde la Juventud Católica armada con fusiles viejos y palos comenzará a ocupar aldeas.
  • Al igual que muchos, considero a la Guerra Cristera como una Guerra Religiosa o mejor dicho una Guerra Anti-Religiosa. Mientras los cristeros contestaban al ¿Quién vive?, con un ¡Viva Cristo Rey!. Los adversarios, por su parte, no vacilaban en gritar: ¡Viva Satán!. Citas como la siguiente no dejan dudas: “…el general que la presidía (la cena) «después de gritar contra Cristo y contra la Inmaculada Virgen, con vocablos inmundos, principió a aclamar a Lucifer por quien brindó entre gritos de aprobación». Las injurias eran contundentes: «¡Muera Cristo! ¡Abajo Cristo! ¡Aplastemos a Cristo! ¡Nuestro dios sea Lucifer! ¡Él sea nuestro jefe! ¡Arriba Lucifer! ¡Viva Lucifer!»”.
Parece un cuentito de brujería y satanismo de esos que “nos atribuyen para asustar a los niños”, ¿no?. Pero fue real, ¡tan real que tuvimos 3 años de guerra civil con 250.000 muertos y 250.000 exiliados!

Para quienes gustan de magnitudes, este “oscurantismo anti-religioso” en 3 años mató 6 veces más que todo el “oscurantismo religioso” de los tribunales de la Inquisición Católica en todo Europa en 300 años (42.000). Ni siquiera sumando las victimas político-religiosas de la Inquisición Protestante llegamos a “tanto oscurantismo” (condenados más muertos x torturas, 100.000 a 125.000. Hablamos por ej. de Inglaterra bajo el mandato de Enrique VIII donde murieron entre 37.000 y 70.000 católicos)  (3)

Y para quienes no sabían de esta guerra o para aquellos sorprendidos que pudieran creer que exageramos, les recomiendo:
  • Ver la película “Cristiada” (“For Greater Glory” título original en inglés) con Andy Garcia y Peter O’Toole (https://gloria.tv/video/j4MwoD1244dT1VEarH7ALrgJw) o alguno de los muchos documentales disponibles en YouTube
  • Leer “La contra-revolución cristera” (J. Ravasi) o el más reciente “La gesta de los Cristeros” (A. Saenz) o alguno de los tantos libros editados
  • Bucear un poco en la web y encontrarán muchísimo material que estuvo “retenido” por ambas partes durante 50 años como parte de “Los Acuerdos de Paz” de 1929.

Dejo para publicaciones futuras las lógicas analogías con la posterior Guerra Civil Española, donde también, un grupo minoritario de enconados fanáticos (por no decir HdPs) llega al poder y dando rienda suelta a su odio anti-religioso intenta imponer por la fuerza “alguna ideología” (poco importa cuál).  Y como también, el pueblo fiel a su tradición y cultura, desde su sencillez reclama libertad, no deja que “lo manoseen” y reacciona, y reacciona ¡cómo tiene que reaccionar!



¿Y Argentina? ¿Será posible que atrasemos tanto? ¿Seremos realmente tan brutos? ¿Permitiremos que unos ignorantes arrogantes (que “no evolucionan ni con Darwin de sponsor”) nos lleven a repetir historias de totalitarismos trágicos?

Entonces, ¿Por qué soportamos que pinten la catedral metropolitana con “La única iglesia que ilumina es la que arde” o que llamen a la “apostasía pública” en las esquinas de Buenos Aires? ¿Por qué soportamos las falacias de "las femi-nazis" y de “las izquierdas” sembrando la intolerancia y el odio religioso?

Definitivamente huelen tan a podrido como la vieja constitución mexicana de 1927 y tarde o temprano tendrán que bancarse las reacciones a tanta ofensa.
Esas expresiones (entre muchas otras), típicas del “Argento Progre”, (como yo los he nombrado) contribuyen servilmente a instalar y desarrollar el “Marxismo Cultural” (así llaman a estas “ideologías destructivas” quienes las estudiaron). 
Pero para esto habrá tiempo.

Mañana es 10 de febrero y es la fiesta de San José Sánchez del Río, el niño cristero que murió mártir y a él quiero recordar y a él quiero solicitar intermediación para nuestra patria:

San José Sánchez del Río fue un niño que se enlistó en las filas de los cristeros y que murió mártir en la persecución religiosa que sufrió México en la segunda década del siglo XX.

Nació el 28 de marzo de 1913 en Sahuayo, Michoacán (México).
En 1926, cuando se decretó la suspensión del culto público en su país por el gobierno de Plutarco Elías Calles, José tenía apenas 13 años y 5 meses.
En aquel tiempo, como respuesta a la legislación anticlerical que estaba orientada a restringir la libertad religiosa, laicos, presbíteros y religiosos católicos decidieron levantarse en armas en defensa de la fe y se les dio el nombre de Cristeros. Se estima que fueron 250 mil personas las que perdieron la vida en esa guerra en ambos bandos.
 “Joselito”, como se le conoce al pequeño cristero, pidió permiso a sus padres para enlistarse como soldado del general Prudencio Mendoza y defender la causa de Cristo y de su Iglesia. Su madre trató de disuadirlo pero él le dijo: "Mamá, nunca había sido tan fácil ganarse el cielo como ahora, y no quiero perder la ocasión".


San José Sánchez del Río fue torturado y asesinado el 10 de febrero de 1928, a la edad de 14, por oficiales del gobierno de Calles porque se negó a renunciar a su fe.  

Le cortaron la planta de los pies y fue conducido descalzo hasta su tumba. Mientras caminaba, José Luis rezaba y gritaba “¡Viva Cristo Rey y la Virgen de Guadalupe!”.

Ante su tumba fue colgado en un árbol y acuchillado. Uno de los verdugos lo bajó y le preguntó qué mensaje le daba a sus padres. El niño respondió: “Que Viva Cristo Rey y que en el cielo nos veremos”. Ante esta respuesta, el hombre le dio un tiro en la sien y lo mató.(4)



¡Qué Dios nos ayude a “pensar la patria”!






(3) Simposio Internacional sobre la Inquisición 1998. http://www.gecoas.com/religion/Trabajos/inquisicion/mitos02.htm y otros.


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