Una nueva moral (06/2019)

El “Post-Modernismo” fue originalmente una corriente artística y cultural, surgida en la segunda mitad del siglo XX como consecuencia de los desencantos del hombre “Post-Guerra-Fría” y del fracaso de “la Modernidad”.

Ni los comunismos (fracasados), ni los Estados de Bienestar (quebrados), ni los Capitalismos (uno más salvaje que otro); ni el fin de las guerras mundiales, ni el pacifismo, ni las revoluciones; ni la ciencia, ni la modernidad con todas sus promesas; ni las ideologías, ni la política, ni sus líderes (y los hubo muy buenos); ni las grandes religiones, ni las sectas; nada pudo erradicar la corrupción y terminar con las desigualdades; nada pudo instituir una democracia realmente participativa, ni una justa distribución de la riqueza; … nada pudo construir el Edén en la tierra.


Y se empezó a cocinar una nueva revolución, o mejor dicho, más de la misma. Siempre un único objetivo: destronar a “la Verdad” y siempre los mismos medios: endiosar a “la razón” y (como sirve de amplio justificativo) reclamar mayor “libertad” (de esa que mal-llaman “libertad”). Pero, como nos enseña la historia, y esta vez no será diferente, solo veremos, durante algunas décadas (paciencia!) a unos cuantos snobs corriendo tras alguna ideología de moda. 
(Chesterton lo decía mejor).
Las personas entonces, sumidas en la desazón, comenzaron a retraerse hacia un “individualismo hedonista y egoísta” (se preocuparon en el propio progreso, desarrollaron el culto al propio cuerpo y buscaron la propia satisfacción) auto-justificándose con una “cosmovisión existencialista y seudo-pluralista” (sólo importa la experiencia inmediata y el presente -no hay pasado, ni futuro, ni trascendencia- y, en nombre de un “extraño” pluralismo, inventaron el todo vale -no existe más ni blanco ni negro, ni mejor ni peor, ni hombre ni mujer-), en definitiva, las personas inmersas en la sociedad de consumo (que hizo fortunas creando placenteras “distracciones” y satisfaciendo individualismos) comenzaron a rendirse a la desesperanza.

Y este caldo de frustraciones, que bien podría haber sido el punto de partida de una sana recuperación restaurando el amor por la Verdad, no pudo ser, no tuvimos líderes a la altura. Y por el contrario, fue malsanamente usado por quienes se adueñaron del postmodernismo y exacerbando sus dolores, sembraron el odio hacia los supuestos culpables y dieron origen a la superchería del “Marxismo Cultural”, y su hermanita menor,  la “Ideología de Género”.


Los “intelectuales” europeos (bastante degeneraditos) del ’60, descubrieron los escritos de Gramsci (que ya tenían 30 años y, que hasta entonces, nadie los había leído) y vieron la oportunidad para hacer “la revolución cultural”. Casi de inmediato se encontraron con las secuelas del post-modernismo y todo les encajó perfecto. Construyeron una moral a medida, justificaron perversiones injustificables y aturdieron la vida de unos cuantos inocentes desprevenidos.

Estos ideólogos cual “vendedores de autos usados”, disfrazaron “viejos postulados comunistas” con “nuevos enfoques científicos sobre la cuestión social” y eludieron adrede el uso de sustantivos que pudieran remitir a totalitarismos, algo así como el “Joya, nunca taxi” de la política.

No quisieron (ni quieren) ser relacionados con los “totalitarismos” Stalinistas o Maoístas, y aunque acepten “con cierta simpatía” a los “intelectualoides” trotskistas o a los “románticos” guevaristas, prefieren parapetarse tras el indudable eufemismo de “Una Nueva Moral”.

Que, como bien puede deducirse, no es otra cosa que un auténtico cambalache: 

“intelectuales” degenerados (empastillados y fumados) europeos del ’60 + “nazi-“feministas de la 3° o 4° ola + libertad “absoluta” para justificar la pedofilia + educación sexual para niños (enseñada por pedófilos y/o abortistas) + “descorazonados” postmodernos + “la dominante” sociedad de consumo + el capitalismo “opresor” + las minorías “oprimidas” + los “cultos” gramscianos anti-stalinistas + los "universitarios psico-sociólogos” elitistas "post-marxistas" de la escuela de Frankfurt + “el todo vale” + la comparsa “multi-color” + la tergiversación del lenguaje (o el eufemismo de moda: de-construcción) +  “la ideología de género” (u otro eufemismo: “Identidad de Género Auto-percibida”, ¡tomá pa’vó’! ) + los “Nac & Pop” libertadores de América +… y solo les faltaba un amanerado Che Guevara repartiendo rosas rojas.


Y para sostener ese cambalache de delirantes perversiones y extravíos cayeron en la peor bajeza en la que podemos caer las personas: “Argumentar para Justificarnos”. Está claro que es penoso reconocer errores y asumir culpas, y que es aún peor corregir, reparar y pedir perdón. Pero este aquelarre de “peligrosos enfermos” en vez de buscar una sanación, hilvanaron argumentos psico-sociales, sin lógica alguna, tejiendo una doctrina seudo-científica que justifica cualquier miseria y responsabiliza siempre a un tercero.

Inventaron el más adecuado combustible para una perfecta máquina de complacer a las masas desahuciadas, que les permitió juntar votos y llegar al poder en varios países en Europa. Con empatía y complacencia (y sonrisa de azafata, diría Francisco), “vendieron” una izquierda igualitaria y no totalitaria y sus discursos se basaron estrictamente en “lo ético o lo moral” y/o “la cuestión social”.

Costaba encasillar sus discursos, y en esto residió su éxito, cuánto más diversos y confusos, laberínticos y discutibles, mejor; aturdieron a las víctimas (hasta inventaron un lenguaje “inclusivo” que nadie entiende, ¿inclusivo de qué?), aletargaron sus reacciones (de otra manera, “naturalmente” nadie se castraría) y cazaron inocentes desprevenidos a los cuales les destrozaron sus vidas (a pesar de que las tasas de violencia de genero mejoraron, la tasa de feminicidios empeoró y la de suicidios de transgéneros no mejoró ni una décima con las cirugías, continúan al doble que la población hetero, el problema es otro).

Pero, hace ya 10 años aproximadamente que el proceso de restauración ha comenzado y como veremos más adelante, la mayoría de estos siniestros personajes han sido desenmascarados, denunciados y relegados a unas pocas universidades europeas que les sirven de aguantaderos. Ojalá les sirviera de reflexión, pero no, ellos nunca se equivocan …

A mitad de camino, en 2014, mientras en Europa la “Izquierda Culta, Ética, No-Totalitaria” hacía esfuerzos para escapar de su ineludible y lógico final, en Hispanoamérica,  el "caricaturesco criminal Dictador” Maduro organizaba en Caracas un encuentro de “Intelectuales”, y Álvaro Garcia Linares (“intelectual” Vice-presidente de Bolivia) marcaba el rumbo de esta “Nueva Ética” para nuestras latitudes https://youtu.be/Oagl4SN1TXA. (eran los garantes de “la revolución” y descaradamente anunciaba la metodología a aplicar, una verdadera confesión de parte que me exime de más evidencias para sustentar estas líneas).

Y tristemente, y corriendo aún de más atrás, los Argentos Progres recién ahora los descubren y hasta los invitan a disertar en alguna corrupta cátedra, de esas que comparten con los ladrones de la década robada y no les da vergüenza (¿será porque siempre fueron lo mismo?, y sí, ya se quitaron la careta y Grabois, Solanas y Donda <sólo falta Del Caño> ahora defienden a Cristina). Pareciera que, padeciendo de un contradictorio “snobismo con atrasos”, gozaran con cierta veta “masoca”, ya que se empecinan con el “mentime, mentime, que me gusta” y atraen cuanto charlatán desempleado encuentran.

(ejemplos cercanos: Ernesto Laclau con Cristina, aunque ese es nacido por estos lares, vivió desde 1969 en UK, muy lejos de los “populismos” que tanto promocionó o Judith Butler en la UNTREF y la ex ESMA con Abuelas y el filósofo ”manotas" Jozami -no puede hablar sin mover las dos manos-).

No hablan de Política porque carecen de un sustento filosófico distinto al marxismo y esto es lo que quieren ocultar (por tener mala prensa), entonces se disfrazan con  la careta de “una nueva ética” y suelen recitar una hueca moralina (falsa por donde se la mire) con verdaderos efectos soporíferos.

Tampoco hablan de Economía porque ignoran como funciona (tanto como lo ignoraba el marxismo) y simplifican culpando de todo, aún de los errores propios, al Capitalismo. Este es el único y gran culpable, ya que impide desarrollar el “bien de todos” (ya han de-construido demasiados significados, digo el “bien de todos” y no el “bien común”, porque eso es otra cosa).

“Los neo-marxistas, que se identifican como <marxistas calificados> no aceptan la totalidad de las teorías históricas de Marx”, … (pero mantienen) … “la oposición entre el socialismo y el capitalismo como una postura moral”. (1)

De regalito nomas, según el Aquinate: El bien Común ” …  es lo que posibilita la vida digna o virtuosa de los miembros de la sociedad” … por medio de la cual, los hombres pueden alcanzar la felicidad. “Y para que esa vida digna o virtuosa se concrete, son precisos otros muchos bienes, tanto corporales como espirituales, debidamente ordenados y jerarquizados.” Subrayo unas pocas palabras con significados muy profundos. Recomiendo (no es muy extenso) http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/ponencias/bien-comun-politico-verdera.pdf

Pero si, en cambio, hablan de una sociedad con justicia social (vaya a saber en qué cosa “de-construyeron” su significado, yo ni me animo a preguntar), sin opresores ni oprimidos, con las minorías elevadas hasta la idolatría como arquetipos a imitar y con una nueva ética o moral pública. Y es aquí donde más les cuesta disimular porque cada tanto se les desboca el totalitarismo “verde-moco” contenido. Suenan (y se ven) como pastores puritanos vociferando y anatemizando horrorizados ante la sola posibilidad de un pecado (en este caso, ante la sola presencia de algún pañuelito celeste).Y en mi opinión, no es casual, nacieron de la misma semilla.

Y también hablan de separar Iglesia y Estado, y en la Argentina ¡nunca estuvieron juntos! El Estado Liberal Argentino (de Rivadavia a hoy, a través del “Régimen” que ha alternado Militares, Populistas, Izquierdistas y Conservadores) enfrentó y atacó siempre a la Iglesia y en los casos que no la atacó frontalmente, se paró en la vereda de enfrente, ¡sí, también, Mauri incluido! Así que no sé de qué hablan, en este aspecto, la Iglesia siempre jugo para perder.

Ahora bien, y quizás esto es lo que los confunde porque no pueden discernir entre la circunstancia y la esencia, entre Cristianismo y Cristiandad, y mientras ellos despotrican contra el Clericalismo (y nosotros también), nosotros hablamos de Religiosidad, y mientras ellos hablan de Estado o Gobierno, nosotros hablamos de Nación.  

Y es esta última, conjunto de personas con sus tradiciones, la que vive y permanece fiel a su religiosidad, instintivamente y como parte de su ADN suele hacer caso omiso de todas las cuestiones superfluas y simplemente sabe cómo vivir su fe (sabe cuándo debe prender algunas velas, rezar o peregrinar, y también sabe cómo y cuándo enfrentar a los enemigos que la ataquen) y morir por ella si fuera necesario (peleando el buen combate y “llevándose a unos cuantos en la partida”, por supuesto).

Las izquierdas -las “clásicas” y las “neo”-disfrazadas- se han estrellado siempre contra la Revelación y la Doctrina Social de la Iglesia y sólo les interesa destruirlas. En definitiva, no proponen otra cosa que una “guerra religiosa”, pero no tienen el coraje de decirlo.


En el marxismo originario el final de la religión es el resultado del advenimiento de la sociedad sin clases. En el gramscismo, en cambio, la extinción de la religión es más bien la condición de la revolución. (1)


No puedo dejar de imaginar a Trosky y al Che riendo, brindando y felicitando a Gramsci, los tres inmersos en una gran orgia intelectual con nubosas abstracciones pseudo-filosóficas y con sus copas rebosantes de la sangre inocente de los millones que supieron masacrar. 

No son diferentes, son más de lo mismo y terminarán igual.




Pero, dejemos hablar a los que saben.

José Luis Sáiz Calabria (1) nos muestra en esta antología como la izquierda usó diferentes disfraces y como golpeó a la sociedad (en particular la española del 2000 en adelante). Encontraremos muchísimas coincidencias entre los síntomas españoles y la ponzoña que amenaza enfermar hoy a la Argentina.


Recomiendo la lectura completa. Pero si se aburren, salten al capítulo “4. La izquierda posmarxista”

Tenemos la obligación de defender la Verdad y evitar la anarquía del error. 
Tenemos la obligación de recuperar la Educación en, y para, la Libertad.


¡Qué Dios nos ayude a “pensar la patria”!


PD:
estas líneas continuarán, en breve, con  <Una aberración “deseada”>
sobre otros que también se contagiaron esta ponzoña y “justificaron perversiones injustificables”.


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