Milei 2024 (01/2025)




 
Hablar de aciertos y triunfos de un gobierno liberal parece una broma de mal gusto, pero en esta argentina absurda, los hubo y son innegables.







Veníamos de arrastrarnos en la porqueriza populista, despojados del fruto de nuestro esfuerzo por un Estado cleptómano, asqueados de la progresía socialista y su carnaval multicolor, antinatural y anticristiano; veníamos de 20 años de tanta putrefacción que hasta un delirante de ensortijado pelambre sin formación política, con un poquito de sentido común terminó su primer año de gobierno con grandes éxitos.

En un año pasamos de una hiperinflación a una inflación ínfima; de pobreza y desempleo con un pie en la catástrofe a un mínimo crecimiento; de financistas enriquecidos succionando a un Estado empobrecido al fin de las Leliq sin expropiación alguna; de la maquinita, el derroche y el choreo organizado al equilibrio fiscal; de abrir "kiosquitos" para la "tropa militante" a cerrar ministerios enteros; de piqueteros y “marchas” con cócteles molotov y pedradas a poder trabajar libremente y en paz; de amparar delincuentes, guerrilleros y desviados antinatura a intentar una política seria de derechos humanos; de empoderar a un Estado cada vez más grande y corrupto a un ministerio de desregulación; del relato setentista a un desfile militar con nuestros héroes de Malvinas; del genuflexo servilismo al globalismo y  la ONU (Agenda 2030/2045 y/o OMS) a definir nuestras propias políticas sociales y sanitarias; etc.; etc.; y sigue la lista de éxitos que ya todos conocemos.

Aplausos y más aplausos, aunque no sean una verdadera derecha. 

Sin embargo, en esta patria tan castigada, siempre hay nubes de tormenta. Tormentas con aquel granizo que hizo añicos los sueños macristas y que ahora amenaza los libertarios. Es muy fácil subirse al carro triunfal creyendo que uno se las sabe todas, y es aún más fácil perder la huella.

Este gobierno de coalición necesita de todas sus partes aunadas en un plan de gobierno, no es bueno creer que por ganar una elección, y tener asegurada la próxima (2005), se puede subyugar al resto haciendo escuchar una única voz.

El amo de la redes ayuda a ganar elecciones y la hermanita es buena titiritera, y nada más. Son unos improvisados, y muy horribles definiendo funciones y/o funcionarios. Necesitamos pensar la política y para eso se requiere, al menos, seriedad.

Alinearse sin condiciones con EEUU e Israel, apoyando a la derecha protestante filo-racista norteamericana, al judaísmo talmúdico cabalista y al sionismo internacional no es buena política externa. Nada tiene que ver con nuestro acervo cultural y religioso. Salir del "Latinoamericanismo" que no significa nada y combatir al zurdaje apátrida que lo inventó está muy bien, pero no para saltar a la idolatría yanqui. No traicionemos a Hispanoamérica.

Fomentar un dólar barato no es buena política cambiaria. Es evidente que sufrimos inflación en dólares, que los insumos carísimos ya no justifican la inversión productiva de ninguna pyme. Ningún empresario, y mucho menos ningún comerciante, querrá bajar los precios para ganar menos, rematará sus stocks para comprar dólares y cerrará esperando mejores vientos. Nuestros “empresarios” no quieren y no querrán competir, y no cambiarán al menos en 50 años. Ya hemos vivido implosiones similares. Aunque las circunstancias ciertamente son diferentes (las reservas están aumentando y la deuda bajando), no se puede inflar un globo hasta el infinito. Levanten el cepo y verán como aparecen pesos para comprarle todos los dólares al banco central en 15 minutos. Y si consiguen más dólares del FMI o de préstamos privados, también. La otra alternativa es bajar impuestos. Esperemos que esta sea la alternativa en cartera. Y que continúe exitosamente el desmantelamiento del elefantiásico e inútil Estado hasta reducirlo a sus 3 o 4 funciones básicas. Y si recortan de más, no importa, habrá tiempo de corregir.

Idolatrar a algunos nombres, por demás miserables, no es una buena política cultural. Rivadavia, Urquiza, Alberdi, Mitre, Sarmiento o Roca, no son ejemplos de próceres para nuestro hijos y la patria "conservadora y oligárquica" pro-masónica y pro-británica no nos enorgullece en absoluto. La generación del '80 embanderada en el individualismo, humilló y marginó a millones de argentinos y engendró miserables burgueses sin sensibilidad social que se creyeron de sangre azul como para invernar con la nobleza europea.

Cotorrear permanentemente contra los ladrones que agitando banderitas de justicia social se apoderaron de todo lo que se les ponía delante considerándolo una justa retribución por su servicio a la patria, pero no condenar y encerrar a ninguno, no es buena política criminal. De Macri esperábamos la cárcel para, al menos, la jefa de la banda y eligió combatirla en las urnas; de Milie esperábamos un ejemplar desfile de corruptos en calzoncillos a lo Bukele, y nada. De la jefa para abajo, todos libres disfrutando del pillaje obtenido que nuestros indigentes y ancianos reclaman.

En fin, aplausos por los logros obtenidos, a no creer en una burbuja financiera y cambiaria que, por sentido común, tarde o temprano explotará y a respetar la cultura hispano-católica heredada.

Finalmente, luego del seguro triunfo electoral 2025, por favor, cumplan con las promesas electorales para con la vicepresidente, eso ayudará bastante a fijar el rumbo correcto.

Sin abandonar el deseo restaurar “La Hispanidad” en nuestra patria, y sin pecar de ingenuos creyendo que este liberalismo y/o el sistema democrático de partidos políticos pueden ser vehículos aptos para tal fin, seguiremos aplaudiendo los logros en el rumbo correcto y señalando errores y desvíos.

 

¡Qué Dios nos ayude a “pensar la patria”!   


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