Sociedades modernas (06/2021)

Desde fines del siglo XVIII (Revolución Francesa - 1789) las sociedades modernas no han dejado de inventar ideologías y de enamorarse de cada una de estas nuevas elucubraciones con promesas de un mañana mejor. Y no han dejado de fracasar una y otra vez, pese a “las libertades ganadas” y “los grandes avances científicos”, las personas no logran ser felices. 



Y desde mediados del siglo XX (Escuela de Fráncfort - 1930 y French Theory - 1960) las sociedades posmodernas, frustradas por el fracaso de las promesas incumplidas del modernismo, se hundieron (literalmente) en la droga y el alcohol, la perversión y la promiscuidad sexual, la amargura, la tristeza y la depresión, la locura (literal) y el suicidio, y desde esas míseras profundidades inventaron otra ideología, con el mismo desprecio por la trascendencia que las anteriores, pero sumando perversiones. Y también se encaminan a un nuevo fracaso, aunque peor; sin frenos y liberados de todas las “ataduras” morales, sin ningún orden ni respeto a autoridad alguna, sin jerarquías ni consideración de las esencias, sin familia ni patria ni identidad cultural, sin lengua ni deferencia por las palabras y sus significados, las sociedades posmodernas convertirán al relato bíblico de Sodoma y Gomorra en un cuentito infantil.  


Los entendidos del pasado reciente decían que las sociedades modernas sufrían de una enfermedad espiritual que dieron en llamar “Modernismo”, el primer síntoma era un laicismo desinteresado de todo lo religioso, y el curso ya sin cura, un falso humanismo adorando al Hombre en el lugar de Dios.


Los entendidos actuales llaman a todas las perversiones posmodernas, que debemos estoicamente soportar a diario, “Progresismo" o mejor aún, "Marxismo Cultural”. Una cosa era el desinterés de los modernos, pero estos viven y se desarrollan a partir del odio a Dios. Las generaciones venideras tendrán la desagradable tarea de evaluar los daños que provoquen. Aún no está claro hasta dónde llegarán, mientras tanto, debemos trabajar para que prontamente las lógicas reacciones le pongan límite. 


Me duelen los sufrimientos por venir. Tampoco olvidemos trabajar para que estos no sean cruentos. Puedo imaginarlos, pero no tendré que padecerlos. Por mi lado, yo debo prepararme para rendir cuentas por mis propios errores, y ya con eso tengo bastante.

 

A lo largo de la historia encontramos a unos cuantos delirantes que se creyeron dioses con el poder de iluminar a sus congéneres y dieron lugar a “reformas y revoluciones”, y en cada caso, también encontramos algún Santo que, con la humildad de la sapiencia, lideró las “contrarreformas y contrarrevoluciones”. En el medio, y salvo pocas excepciones, nunca supimos resolverlo sin ir a una guerra.


Claramente, todas las ideologías se encuentran enquistadas en una equívoca y/o parcial visión del mundo y desde allí, no dejan de fracasar con “nuevas corrientes de pensamiento”, que de “nuevas” no tienen nada, y que si son, cada vez, “peores”.


Los historiadores no se ponen de acuerdo en quien fue el autor de esta frase, podría haber sido cualquiera de estos dos repulsivos personajes: Pedro Kropotkin (Anarquista Ruso 1842-1921) o José Buenaventura Durruti Dumange (Anarquista Español 1896-1936) pero refleja claramente la raíz de los problemas modernos, posmodernos y porvenires: el odio a Dios. 



Ideologías que, con la receta individualista de la psicología, se justifican de los yerros culpando siempre a un tercero, ellas nunca tienen la culpa de nada, y consecuentemente, no aprenden ni se disculpan de sus errores. Se repiten una y otra vez, incluso en las contradicciones, en una dañina espiral decadente, y no encuentran soluciones para los problemas que ellas mismas generaron, y en mi opinión, nunca las encontrarán. 

  

Particularmente en Argentina, donde “los entendidos” son escasos, a la “enfermedad espiritual moderna” y a la “perversión progre posmoderna” le hemos sumado una rara “enfermedad mental” distorsiva que contiene aristas de “sadomasoquismo político” digna de soberbios ignorantes. Como buenos ignorantes importamos malas ideas, con sus consecuentes problemas, y fallidos intentos de solución, con sus depresivos fracasos; y por ser soberbios creemos que aquí funcionarán, simplemente porque “somos superiores”. 

  

Para no adorar a un Dios que nos amó hasta la cruz y nos pide amar “hasta que duela”, el primer mundo adora complacientes “becerros de oro" que justifican las debilidades humanas creyendo que, si no reprimen nada ni discriminan el bien del mal, serán más felices. Y cuando fracasa y descubre la falsedad del ídolo de turno, lo reemplaza por uno nuevo, peor. Claramente, mientras rechace al primero, fracasará con sucesivos reemplazos de los segundos.

 

Y por estos lares, mientras reinen los soberbios, nunca nos irá mejor. Los “Argentos Progres” compran cuanto ídolo desechado encuentran en oferta y responden con berrinches (y blandiendo el diestro dedo índice), cuando alguien les dice que fracasarán, que causarán más dolor que felicidad, ya que compraron basura.

 

Y cuando digo compraron, ¡es literal!, son tan vulnerables (para ser delicado) que hasta nos endeudaron en cifras millonarias para comprar basura ideológica etiquetada con algún perfumado eufemismo que rápidamente se disipará cuando quitado el envoltorio emane el intenso olor a podrido Ideología de Género disfrazada de Igualdad de Género 


Algunos enfermos de ideología creen que los gobiernos paternalistas y/o autoritarios son los que deben proteger a los ciudadanos en todos los aspectos, y sus fanáticos cómplices creen que mientras se avance imponiendo el relato deconstructivo y revolucionario, la corrupción no es tan importante. A las pruebas me remito con el gobierno actual y sus secuaces a izquierdas. Otros enfermos ideológicos que dicen creer en lo contrario, solo reaccionan cuando les duele “el alma” (o el bolsillo), y se inclinan por maleables “inútiles pero decentes” que les permitan "sanear sus bolsillos” pero que no sirven “ni pa’espiar’” (literal), no tienen la hombría requerida para cambiar el rumbo de verdad y cuando se ofenden, también hacen berrinches y cual adolescentes, se encierran a ver Netflix. Y unos y otros, una y otra vez, conducen eficientemente a la corrupción a nuevos triunfos y a nosotros, a nuevos fracasos. 


Nuestros dirigentes no saben de ciencia política y mucho menos de filosofía, no saben de sociología ni tampoco de economía, ni siquiera saben de historia. Políticos y politicólogos repiten viejos clichés sin entender ni las causas ni los porque, y cada día nos entierran un poquito más en la ignorancia, nos enfrentan y nos impiden vivir como una nación de hermanos con sus devociones y cultura, … todo es enfrentamiento y golpes bajos para sacar ventaja ... ¡malditos brutos! ¡A ellos tendríamos que enfrentar! 


Ni por asomo logramos inclusión social o reducir un poquito la pobreza, generación tras generación perdemos la cultura del trabajo y crecen “los trabajitos”, muchos sufrimos discriminaciones (el mismo INADI persigue a quienes no piensan como ellos) y algunos hasta nos someten a prácticas que rozan el racismo (y no son exactamente ¿¡ “los nazis de la derecha” !? quienes nos persiguen por negritos).

 

No podemos salir de la espiral decadente que generan brutos líderes recitando siempre los mismos versos con medias verdades sacadas del contexto adecuado

  • los “políticos liberales (o de derechas, como los mal-llaman los de izquierdas)” nos explican que la reducción del Estado, el individualismo y el libre mercado, generarán movimientos ascendentes en la pirámide de ingresos (entre los sectores Bajo y Medio, ya que el Alto no se mueve, claro), y eso demuestra los avances o retrocesos de una sociedad 
  • los “políticos de izquierdas” nos explican que las luchas entre capitalistas, curas y milicos por el lado de los fachos opresores, y los trabajadores y los trans por el lado de los pobres oprimidos que sufren, son las que demuestran si estamos frente a una sociedad opresiva u otra más igualitaria 
  • los “políticos de centro” (o centroizquierda o socialdemócratas), es decir el 99,9% de los que conocemos, no pueden explicar nada y balbucean de una forma irracional e incomprensible, mechan tecnicismos de los primeros con slogans de los segundos, pero no entienden ni a unos ni a otros 
  • Y bienvenida la confusión … así se ganan elecciones, los primeros y los segundos no son solución de nada, unos asustan y otros dan urticaria, y los terceros se perpetúan en el poder y viven como reyes con el dinero que nos quitan a los negros laburantes.

 

Y todo es una farsa de “libertades” que esclavizan, “derechos” que enferman y oprimen, “inclusiones” que marginan, “equidades” que empobrecen, “participaciones” que tiranizan, etc., etc. Si, desde el “relato democrático salvador” y el farsante recitado del preámbulo de Don Raúl; pasando por el “relato empoderador” y los farsantes derechos humanos de los ladrones K; hasta el “relato por los más necesitados” y el farsante cuidado sanitario del idiota moral del Tío Alberto, si, todo relato, todo farsa... mientras viven sin laburar en Puerto Madero.


Y ¿cómo se sale de esta trampa demo-chanta sin barrer con las instituciones? En mi opinión, aplicando la receta de los antiguos: Sin fanatismos ni ideologías, pensando antes de actuar y rezando mucho.

 

Sólo necesitamos subir un escaloncito y buscar el bien común desde la caridad. El Amor al prójimo por amor a Dios y a la Patria permitirá superar las miserias y las diferencias. La Justicia, con misericordia, permitirá restaurar el Orden, aunque bastará que un corrupto quede sin castigo para que necesitemos de la espada.  


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  • Cuando el sistema monárquico degeneró en despotismo ilustrado, algunos países llamaron a la revolución, rompieron con todo e instauraron la guillotina desangrando ciudades enteras 
  • Cuando el sistema republicano degeneró en oligarquías corruptas, algunos países llamaron a una nueva revolución que, también rompió con todo e instauraron dictaduras de terror con persecuciones y fusilamientos  
  • En todos estos casos, lo que vino con las revoluciones fue malo, lo que instauraron o generaron fue peor y los muertos incontables. 

Otros países apostaron a la educación y a reforzar las instituciones, pusieron a “los políticos” a trabajar y progresaron con nuevas formas de participación, establecieron una justicia independiente y mecanismos para un ejecutivo eficiente, y lograron éxitos, al menos en lo económico, ya que aún tienen carencias en lo trascendental ¡qué lejos estamos aún de esos éxitos parciales! 


Mientras tanto, ... hay que ser un auténtico descerebrado enfermo de ideología viviendo dentro de un tubo de ensayos, de plomo, para decirle al mundo “Es hora de entender que el capitalismo no ha dado buenos resultados” Alberto Fernández 04/06/2021. Puede no gustarte, de acuerdo, pero no se puede ser tan necio, y tampoco se nos puede exigir el esfuerzo sobrehumano de tener que soportar tanta estupidez


La verdad es que la Patria está en peligro. En lo institucional nuestro sistema democrático degeneró en populismos corruptos, la justicia está siendo torturada bajo coerción y el federalismo está secuestrado en “El Instituto patria”; en lo social nuestros valores fueron reemplazados por la ideología de género y por el lenguaje para “idiotes”; y en lo económico, bueno ... “el ruido a tripa” ensordece.


Y frente al orden degenerado y subvertido (o deconstruido como lo mal-llaman los esbirros de C5N) ¿qué haremos con los dolores de nuestra patria? ¿Elegiremos los caminos revolucionarios regando con sangre nuestras calles? o ¿elegiremos decir la verdad, enjuiciar y encerrar a los delincuentes, ser justos y caritativos, y sanar heridas, y pensar y trabajar, y rezar y trabajar?

 

En mi opinión, lo único que no tenemos permitido es hacernos los distraídos.

 

El modernismo nos ha enfermado de ideologías, el posmodernismo de perversidades y nosotros hoy nos dejamos gobernar por “Argentos Progres” enfermos de ideología. ¡Qué futuro!

 

No son científicos, no son políticos, no les interesa la gente. Ante todo, anteponen la ideología. Para los derechos humanos y hasta para comprar vacunas anteponen la ideología, los miserables traidores y asesinos devienen en 30.000 héroes por obra y gracia de la ideología, y los viejos se mueren solos y encerrados sin sus seres queridos gracias a la ideología. Para proteger nuestros bienes y nuestro trabajo, anteponen la ideología y se alinean con la escoria del mundo y nuestra moneda se hunde gracias a la ideología. Para cuidar de nuestras familias y la educación de los niños, anteponen la ideología y atacan la tradición cristiana y promueven los enfermos circos de multicolores y feminazis. Son verdaderos monstruos enfermos de ideología.


Y algún despistado, que se tragó el sapo, dirá que esto es “la política”. No estoy de acuerdo. 

 

¡Qué Dios nos ayude a “pensar la patria”! 

 









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