Imagine (12/2020)

Hace 40 años asesinaban a John Lennon ...

Los tiempos de descanso y distracción son absolutamente necesarios. Cada uno de nosotros debería poder disfrutarlos haciendo, dentro de nuestras posibilidades, lo que más nos plazca. Y muchos disfrutamos escuchando música …

https://youtu.be/nBRpF7JvQCs

Imagine” escrita e interpretada por John Lennon “alienta el hecho de imaginarse un mundo en paz donde no existan fronteras, ni divisiones de religión y/o nacionalidades, así como la posibilidad de que la humanidad viva libre de posesiones materiales”.



Desde su lanzamiento a fines de 1971, cuando Woodstock con su folk-rock ya no sonaba y la contracultura hippie con su pacifismo y su amor libre ya pasaba de moda en EEUU, la balada de Lennon se convirtió rápidamente en un ícono para la renovación de aquella agonizante contracultura, y del negocio que habían montado las productoras discográficas, claro.

Mientras tanto, en Europa, el Rock Progresivo alcanzaba su apogeo. Movimiento este que, rechazaba hasta el desprecio lo excesivamente comercial (Lennon nunca formó parte, claro) y buscaba la excelencia musical, competía a través del virtuosismo de sus ejecutantes y gustaba de teatralizar sus líricas cargadas de fantasía o de amargo descontento y frustración tan típicos del postmodernismo.

Pero las productoras discográficas prontamente se dieron cuenta que “vender antisistema”, era tanto o más lucrativo que “vender el sistema” mismo. Y empezaron a etiquetar de “Rock” a cualquier cosa y a fabricar “excéntricos ídolos” que cuanto más contaminados de las ideologías más grotescas, las costumbres más estrafalarias y las religiones más exóticas, mejor.

Y en medio de este muy lucrativo circo de anarquía del pensamiento y relajamiento de las costumbres, con las ideas de una “sociedad abierta” (Karl Popper) en plena ebullición en el mundillo intelectualoide neoyorquino, John Lennon compuso una muy agradable melodía, de esas que no podemos dejar de tararear y nos conmueven con sus sones, pero escribió una letra tan falsa como ruin, solo digna de un necio e inescrupuloso comerciante, a la que no puedo simplemente desdeñar, y sí debo enfáticamente calificar como despreciable.

A confesión de parte …

 “Esta canción es antirreligiosa, antinacionalista, anticonvencional, anticapitalista, pero es aceptada por su dulzura. Ahora ya sé lo que hay que hacer. Suelta tu mensaje político, pero ponle un poco de miel…”

Y aunque alguno quiera rescatar las supuestas buenas intenciones apelando a un mundo en paz sin egoísmos, no hizo otra cosa que explotar comercialmente un manido cliché viciado de falsedad y peligroso hasta la perversidad, diciendo lo que la cursilería burguesa quería escuchar para echar culpas afuera y anestesiar sus conciencias, y obteniendo a cambio grandes ganancias.

Vale un par de ejemplos más …

Elvis Costello en su canción "The other side of summer" preguntaba irónicamente "¿Era un multimillonario el que decía "Imaginad que no existen posesiones"?, y Playboy le preguntaba directamente: ¿Por qué alguien necesitaría 150 millones de dólares? ¿No se pueden conformar perfectamente con 100 millones o con 1 millón?

… y Lennon contestaba que”era muy difícil abandonar un mundo materialista una vez que estás en él … ¿Qué quieres que haga? ¿Darlo todo y vivir en la calle?”.




…. Imagina que no hay paraíso,

… no hay infierno,

… arriba nuestro, sólo cielo

Imagina a toda la gente viviendo el presente,

Es negar la trascendencia de la vida humana y pretender dar forma a un mísero ser humano sin alma. Es decir, otro animalito más viviendo (“pastando”) en el presente. Racionalismo, materialismo e inmanentismo. El universo es increado, las cosas empiezan y terminan en lo estrictamente material, no hay nada más allá, no hay Dios ni tenemos almas para religar con Él, no hay misterio ni Revelación, no hay pecado ni Redención. Dios no existe y satanás menos, el mundo es evolución y la vida sólo consecuencia del azar, y Cristo fue un loco que padeció la Cruz por nada.

Imagina que no hay países

(Ni naciones, ni patrias), es negar la heredad para convertirnos en hijos miserables sin identidad y sin respeto por nuestros padres ni por su esforzado legado de trabajo, cultura, educación y religión. Desarraigados y apátridas. Cualquier trapo sirve de bandera y cualquier territorio da lo mismo. No hay tradición ni cultura, no hay bien común ni amor a Dios ni a la Patria.

Es un claro rechazo a la aristotélica y clásica “esencia social del hombre” que se inclina naturalmente a vivir en familia y luego a organizarse en ciudades y luego en naciones …segun él, somos el producto de miles de millones de idiotas a lo largo de miles años.

nada por lo cual matar ni morir.

Atribuir muertes innecesarias a algunas guerras también innecesarias, sería aceptable. Pero atribuir la existencia misma de las guerras a la existencia de los países o naciones, es una falacia sólo digna de un perverso.

Vale la pena aclarar que las guerras se originan siempre por miserias humanas (pecados, les dicen algunos) como el egoísmo, la soberbia, la vanidad y el odio que agreden a otro ser humano sin el menor temor de Dios, o peor, a veces contra Dios mismo. Y que provocan, en buenas almas caritativas, lógicas y sanas reacciones.

Los martirios y las defensas armadas de los agredidos inocentes desarmados se explican mucho mejor en el amor. “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos.”

Es honorable recordar a nuestros “Mártires”, que sí tuvieron buenos motivos para morir, y a nuestros “Caballeros”, que sí tuvieron buenas razones para combatir y matar.

“No me satisface el pacifismo anticristiano de los egoístas que piensan en sí mismos mientras reptan a través de una existencia pacata y sin sobresaltos” decía un respetado profesor.


… y tampoco ninguna religión

Bueno, más de lo mismo. El hombre es su propio dios, él sólo, haciendo uso de su equilibrada razón puede distinguir el bien del mal y definir lo moralmente lícito, no necesita de una Verdad objetiva, y mucho menos de una Verdad Revelada (hasta ofendería a su soberbia inteligencia). Este hombre es en su naturaleza tan, pero tan bueno, que jamás necesita arrepentirse de nada, ni pedir perdón, ni reparar el daño… no necesita “religarse” a su Creador.

Honestamente, este hombre endiosado no sería más que una pila de sensaciones y miserias escondido tras una montaña de autojustificaciones sin objetividad alguna. No se puede ser juez y parte; lo que se define y se respeta como “bueno” hoy, podría no serlo mañana, y por lo tanto no tener ninguna obligación de ser respetado. Con la misma carga de “sensaciones” se construye y se derrumba (o para ser snob: “se deconstruye”). La verdad es que “no se entiende en que se basa la moral cuando no hay Dios”.

… Imagina que no hay posesiones

… ni necesidad de codicia ni hambre

Culpar a las posesiones como fuente de la codicia y a esta como responsable del hambre, es de una simplificación envidiable. La ilusoria falacia revelada por el reverendo John sería: “si nadie posee nada, todos tendríamos posesión de todo”.

En línea con semejante estupidez, también podríamos decir que: las posesiones obtenidas con nuestro esfuerzo y trabajo son las que nos convierten en monstruosos egoístas culpables del hambre de alguien en alguna parte del planeta (¿¡!?) ¡Dejemos de trabajar, compartamos las pertenencias y desaparecerá el hambre! Huelga mencionar el consecuente y profundo rechazo a la madre de todas nuestras miserias, ¡la propiedad privada!, por supuesto.

Y dicho esto por Lennon, ferviente representante de la sociedad de consumo (de quien fue abyecto servidor), y acumulador de riquezas (a la que fastuosamente adhirió), suena al menos, de tomada de pelo. “Dejad todo y seguidme!” dice el cristo de Manhattan y te invita a vivir sin codicia y a borrar al hambre de faz de la tierra. Se aceptan colaboraciones vía transferencia bancaria a la viuda Yoko o comprando este CD.

Imagina a toda la gente viviendo la vida en paz …

¡Todos deseamos ver a la gente vivir sus vidas en paz! pero aún no nos pusimos de acuerdo ni en que significa “vivir”, ni en “vida”, ni en “paz”. ¡vaya uno a saber lo que entiende un codicioso endiosado capaz de semejante relato!

Si la vida humana no se distingue en nada de la de cualquier otro animal, y sólo es nacer, respirar, comer, crecer y divertirse por supuesto; sin importar la familia, la educación, la cultura, el orden, la disciplina, el respeto, el amor, la entrega, el trabajo, el esfuerzo, los sueños, la herencia y los bienes bien ganados, y “la paz” sólo se reduciría a la ausencia de guerra; entonces “vivir la vida en paz” no sería más que “reptar la existencia pacata”, como bien interpretaba el mencionado profesor.

Para los mortales, que no nos consideramos ni perfectos semidioses, ni animales de pastura, la vida es “la oportunidad” de religarnos con nuestro Creador.

Los mortales fieles a su “esencia” desean realizar su “fin transcendental” y así alcanzar “la perfección de la naturaleza humana”, es decir contemplar “cara a cara a Dios”.

 … Imagina a toda la gente compartiendo todo el mundo

… que soy un soñador

… espero que algún día te unas a nosotros y el mundo será uno solo

Miles de años y miles de millones de personas estudiosas y pensadoras “todas inútiles” que no supieron descubrir la clave para construir un mundo de paz, ¡Gracias al azar cósmico que nos envió a un poeta “soñador” iluminado! ¡era tan fácil!

A nosotros también nos gustaría ser “soñadores de tiempo completo”, pero alguien tiene que laburar. No tenemos tiempo para acompañarte sosteniendo slogans baratos y bastantes p…ueriles, ni para hacer el ridículo en la cama delante de las cámaras, ni para disfrutar un par de líneas de “merca” de primera, ni para servirle a tu esclavizante sociedad de consumo.

Bueno, a esta altura, aunque un poco tarde, creo que ya no te deben quedar dudas que los seres humanos no somos animalitos, somos personas creadas a imagen y semejanza del “pobre tonto de la Cruz” para reinar sobre toda la creación y que, como vos, echamos todo a perder por creernos dioses. Aunque nosotros, todavía con un poco de tiempo, nos dimos cuenta, pedimos perdón e intentamos humildemente no repetir los errores (aunque no siempre nos salga bien).

Soñador fue Antoine de Saint-Exupéry, soñador de inocencia y pureza, y poeta que nos recordó que la verdadera transformación se debe producir desde el alma.

John Lennon con su Imagine la vida en paz y/o Richard Bach (para no dejarlo solo al pobre John) con su melange “dialéctica-gnóstica de la reencarnación hindú-budista” de su Juan Salvador Gaviota, ambos con sus utopías lacrimógenas, vilmente oportunistas y disfrazadas de poesía, ambos solo fueron mercachifles que aún hoy continúan haciendo daño.

La hermandad de los hombres es otra cosa. No nos uniremos a tu club de comerciantes. Las diferencias con un soñador están muy claras.

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Hago un paréntesis porque me llama mucho la atención como en Argentina se suele combinar la idolatría “al pacifista de Manhattan”, que imaginaba la destrucción de la nuestra civilización, con la idolatría “al asesino ejemplar” que efectivamente la destruyó en dónde pudo.

Este absurdo, sólo digno de nuestros Argentos Progres que suelen “cantar Imagine vistiendo remeritas del Ché”, demuestra cómo “en ambos aparentes opuestos” el odio a Dios les impide pensar y que con o sin armas son sólo relatos para “incendiar” a la Iglesia.


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Para finalizar, Francisco (Fratelli tutti)

 

… un universalismo autoritario y abstracto, digitado o planificado por algunos y presentado como un supuesto sueño en orden a homogeneizar, dominar y expoliar. Hay un modelo de globalización que «conscientemente apunta a la uniformidad unidimensional y busca eliminar todas las diferencias y tradiciones en una búsqueda superficial de la unidad. […] Si una globalización pretende igualar a todos, como si fuera una esfera, esa globalización destruye la riqueza y la particularidad de cada persona y de cada pueblo». Ese falso sueño universalista termina quitando al mundo su variado colorido, su belleza y en definitiva su humanidad. Porque «el futuro no es monocromático, sino que es posible si nos animamos a mirarlo en la variedad y en la diversidad de lo que cada uno puede aportar. Cuánto necesita aprender nuestra familia humana a vivir juntos en armonía y paz sin necesidad de que tengamos que ser todos igualitos».

 

… se alienta también una pérdida del sentido de la historia que disgrega todavía más. Se advierte la penetración cultural de una especie de “deconstruccionismo”, donde la libertad humana pretende construirlo todo desde cero.

 

… los necesita vacíos, desarraigados, desconfiados de todo, para que sólo confíen en sus promesas y se sometan a sus planes. Así funcionan las ideologías de distintos colores, que destruyen —o de-construyen— todo lo que sea diferente y de ese modo pueden reinar sin oposiciones. Para esto necesitan jóvenes que desprecien la historia, que rechacen la riqueza espiritual y humana que se fue transmitiendo a lo largo de las generaciones, que ignoren todo lo que los ha precedido».

 

Son las nuevas formas de colonización cultural. No nos olvidemos que «los pueblos que enajenan su tradición, y por manía imitativa, violencia impositiva, imperdonable negligencia o apatía, toleran que se les arrebate el alma, pierden, junto con su fisonomía espiritual, su consistencia moral y, finalmente, su independencia ideológica, económica y política»

 

 ¡Qué Dios nos ayude a “pensar la patria”!

 

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