
Los tiempos de descanso y distracción son absolutamente
necesarios. Cada uno de nosotros debería poder disfrutarlos haciendo, dentro de
nuestras posibilidades, lo que más nos plazca. Y muchos disfrutamos escuchando música
…
“Imagine” escrita
e interpretada por John Lennon “alienta el hecho de imaginarse un mundo en paz donde
no existan fronteras, ni divisiones de religión y/o nacionalidades, así como la
posibilidad de que la humanidad viva libre de posesiones materiales”.
Desde su lanzamiento a fines de 1971, cuando Woodstock con su folk-rock
ya no sonaba y la contracultura hippie con su pacifismo y su amor libre ya pasaba
de moda en EEUU, la balada de Lennon se convirtió rápidamente en un ícono para
la renovación de aquella agonizante contracultura, y del negocio que habían
montado las productoras discográficas, claro.
Mientras
tanto, en Europa, el Rock Progresivo alcanzaba su apogeo. Movimiento este que, rechazaba
hasta el desprecio lo excesivamente comercial (Lennon nunca formó parte, claro)
y buscaba la excelencia musical, competía a través del virtuosismo de sus
ejecutantes y gustaba de teatralizar sus líricas cargadas de fantasía o de amargo
descontento y frustración tan típicos del postmodernismo.
Pero las
productoras discográficas prontamente se dieron cuenta que “vender antisistema”,
era tanto o más lucrativo que “vender el sistema” mismo. Y empezaron a
etiquetar de “Rock” a cualquier cosa y a fabricar “excéntricos ídolos” que
cuanto más contaminados de las ideologías más grotescas, las costumbres más estrafalarias
y las religiones más exóticas, mejor.
Y en medio
de este muy lucrativo circo de anarquía del pensamiento y relajamiento de las costumbres,
con las ideas de una “sociedad abierta” (Karl Popper) en plena ebullición en el
mundillo intelectualoide neoyorquino, John Lennon compuso una muy agradable
melodía, de esas que no podemos dejar de tararear y nos conmueven con sus
sones, pero escribió una letra tan falsa como ruin, solo digna de un necio e
inescrupuloso comerciante, a la que no puedo simplemente desdeñar, y sí debo enfáticamente
calificar como despreciable.
A
confesión de parte …
“Esta canción es
antirreligiosa, antinacionalista, anticonvencional, anticapitalista, pero es
aceptada por su dulzura. Ahora ya sé lo que hay que hacer. Suelta tu mensaje político,
pero ponle un poco de miel…”
Y
aunque alguno quiera rescatar las supuestas buenas intenciones apelando a un
mundo en paz sin egoísmos, no hizo otra cosa que explotar comercialmente un manido
cliché viciado de falsedad y peligroso hasta la perversidad, diciendo lo que la
cursilería burguesa quería escuchar para echar culpas afuera y anestesiar sus
conciencias, y obteniendo a cambio grandes ganancias.
Vale
un par de ejemplos más …
Elvis Costello en su canción "The other
side of summer" preguntaba irónicamente "¿Era un multimillonario el
que decía "Imaginad que no existen posesiones"?, y Playboy le preguntaba directamente: ¿Por qué alguien
necesitaría 150 millones de dólares? ¿No se pueden conformar perfectamente con
100 millones o con 1 millón?
… y Lennon contestaba que”era muy difícil
abandonar un mundo materialista una vez que estás en él … ¿Qué quieres que
haga? ¿Darlo todo y vivir en la calle?”.

…. Imagina que no hay paraíso,
… no
hay infierno,
… arriba nuestro, sólo cielo
… Imagina a toda la gente viviendo el
presente,
Es
negar la trascendencia de la vida humana y pretender dar forma a un mísero ser
humano sin alma. Es decir, otro animalito más viviendo (“pastando”) en el presente. Racionalismo,
materialismo e inmanentismo. El universo es increado, las cosas empiezan y
terminan en lo estrictamente material, no hay nada más allá, no hay Dios ni
tenemos almas para religar con Él, no hay misterio ni Revelación, no hay pecado
ni Redención. Dios no existe y satanás menos, el mundo es evolución y la vida sólo
consecuencia del azar, y Cristo fue un loco
que padeció la Cruz por nada.
… Imagina que no hay países
(Ni naciones,
ni patrias), es negar la heredad para convertirnos en hijos miserables sin
identidad y sin respeto por nuestros padres ni por su esforzado legado de trabajo,
cultura, educación y religión. Desarraigados y apátridas. Cualquier trapo sirve
de bandera y cualquier territorio da lo mismo. No hay tradición ni cultura, no hay bien común ni amor a Dios ni a la Patria.
Es un
claro rechazo a la aristotélica y clásica “esencia social del hombre” que se
inclina naturalmente a vivir en familia y luego a organizarse en ciudades y
luego en naciones …segun él, somos el producto de miles de millones de
idiotas a lo largo de miles años.
… nada por lo cual matar ni morir.
Atribuir
muertes innecesarias a algunas guerras también innecesarias, sería aceptable. Pero
atribuir la existencia misma de las guerras a la existencia de los países o
naciones, es una falacia sólo digna de un perverso.
Vale
la pena aclarar que las guerras se originan siempre por miserias humanas (pecados,
les dicen algunos) como el egoísmo, la soberbia, la vanidad y el odio que agreden
a otro ser humano sin el menor temor de Dios, o peor, a veces contra Dios mismo.
Y que provocan, en buenas almas caritativas, lógicas y sanas reacciones.
Los martirios
y las defensas armadas de los agredidos inocentes desarmados se explican mucho
mejor en el amor. “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus
amigos.”
Es honorable recordar a nuestros “Mártires”, que sí tuvieron buenos motivos para morir, y a nuestros “Caballeros”, que sí tuvieron buenas razones para combatir y matar.
“No me
satisface el pacifismo anticristiano de los egoístas que piensan en sí mismos
mientras reptan a través de una existencia
pacata y sin sobresaltos” decía un respetado profesor.

… y tampoco ninguna religión …
Bueno,
más de lo mismo. El hombre es su propio dios, él sólo, haciendo uso de su equilibrada
razón puede distinguir el bien del mal y definir lo moralmente lícito, no
necesita de una Verdad objetiva, y mucho menos de una Verdad Revelada (hasta
ofendería a su soberbia inteligencia). Este hombre es en su naturaleza tan,
pero tan bueno, que jamás necesita arrepentirse de nada, ni pedir perdón, ni
reparar el daño… no necesita “religarse”
a su Creador.
Honestamente,
este hombre endiosado no sería más que una pila de sensaciones y miserias
escondido tras una montaña de autojustificaciones sin objetividad alguna. No se
puede ser juez y parte; lo que se define y se respeta como “bueno” hoy, podría
no serlo mañana, y por lo tanto no tener ninguna obligación de ser respetado.
Con la misma carga de “sensaciones” se construye y se derrumba (o para ser
snob: “se deconstruye”). La verdad es que “no
se entiende en que se basa la moral cuando no hay Dios”.
… Imagina que no hay posesiones
… ni necesidad de codicia ni hambre
Culpar
a las posesiones como fuente de la codicia y a esta como responsable del hambre,
es de una simplificación envidiable. La ilusoria falacia revelada por el
reverendo John sería: “si nadie posee nada, todos tendríamos posesión de todo”.
En
línea con semejante estupidez, también podríamos decir que: las posesiones obtenidas
con nuestro esfuerzo y trabajo son las que nos convierten en monstruosos
egoístas culpables del hambre de alguien en alguna parte del planeta (¿¡!?) ¡Dejemos
de trabajar, compartamos las pertenencias y desaparecerá el hambre! Huelga
mencionar el consecuente y profundo rechazo a la madre de todas nuestras
miserias, ¡la propiedad privada!, por supuesto.
Y
dicho esto por Lennon, ferviente representante de la sociedad de consumo (de quien
fue abyecto servidor), y acumulador de riquezas (a la que fastuosamente adhirió),
suena al menos, de tomada de pelo. “Dejad todo y seguidme!” dice el cristo de Manhattan
y te invita a vivir sin codicia y a borrar al hambre de faz de la tierra. Se
aceptan colaboraciones vía transferencia bancaria a la viuda Yoko o comprando este
CD.
… Imagina a toda la gente viviendo la vida en paz …
¡Todos deseamos ver a la gente vivir sus vidas en paz! pero aún no nos
pusimos de acuerdo ni en que significa “vivir”, ni en “vida”, ni en “paz”. ¡vaya
uno a saber lo que entiende un codicioso endiosado capaz de semejante relato!
Si la vida humana no se distingue en nada de la de cualquier otro animal,
y sólo es nacer, respirar, comer, crecer y divertirse por supuesto; sin importar
la familia, la educación, la cultura, el orden, la disciplina, el respeto, el
amor, la entrega, el trabajo, el esfuerzo, los sueños, la herencia y los bienes
bien ganados, y “la paz” sólo se reduciría a la ausencia de guerra; entonces “vivir
la vida en paz” no sería más que “reptar la existencia pacata”, como bien interpretaba
el mencionado profesor.
Para los mortales, que no nos consideramos ni perfectos semidioses, ni animales de pastura, la vida es “la oportunidad” de religarnos con nuestro Creador.
Los mortales fieles a su “esencia” desean realizar su “fin transcendental”
y así alcanzar “la perfección de la naturaleza humana”, es decir contemplar
“cara a cara a Dios”.
… Imagina a toda la gente compartiendo todo el mundo
… que soy un soñador
… espero que algún día te unas a nosotros y el mundo
será uno solo
Miles de años y miles de millones de personas estudiosas y pensadoras “todas
inútiles” que no supieron descubrir la clave para construir un mundo de paz,
¡Gracias al azar cósmico que nos envió a un poeta “soñador” iluminado! ¡era tan
fácil!
A nosotros también nos gustaría ser “soñadores de tiempo completo”, pero
alguien tiene que laburar. No tenemos tiempo para acompañarte sosteniendo
slogans baratos y bastantes p…ueriles, ni para hacer el ridículo en la cama
delante de las cámaras, ni para disfrutar un par de líneas de “merca” de
primera, ni para servirle a tu esclavizante sociedad de consumo.
Bueno, a esta altura, aunque un poco tarde, creo que ya no te deben quedar
dudas que los seres humanos no somos animalitos, somos personas creadas a imagen
y semejanza del “pobre tonto de la Cruz” para reinar sobre toda la creación y que,
como vos, echamos todo a perder por creernos dioses. Aunque nosotros, todavía con
un poco de tiempo, nos dimos cuenta, pedimos perdón e intentamos humildemente no
repetir los errores (aunque no siempre nos salga bien).
Soñador fue Antoine de
Saint-Exupéry, soñador de inocencia y pureza, y poeta que nos recordó que
la verdadera transformación se debe producir desde el alma.
John Lennon con su Imagine la vida en paz y/o Richard Bach (para no
dejarlo solo al pobre John) con su melange “dialéctica-gnóstica de la
reencarnación hindú-budista” de su Juan Salvador Gaviota, ambos con sus utopías
lacrimógenas, vilmente oportunistas y disfrazadas de poesía, ambos solo fueron
mercachifles que aún hoy continúan haciendo daño.
La hermandad de los hombres es otra cosa. No nos uniremos a tu club de comerciantes. Las diferencias con un soñador están muy claras.
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Hago un paréntesis porque me llama mucho la atención como en Argentina se suele combinar la idolatría “al pacifista de Manhattan”, que imaginaba la destrucción de la nuestra civilización, con la idolatría “al asesino ejemplar” que efectivamente la destruyó en dónde pudo.
Este absurdo, sólo digno de nuestros Argentos Progres que suelen “cantar Imagine vistiendo remeritas del Ché”, demuestra cómo “en ambos aparentes opuestos” el odio a Dios les impide pensar y que con o sin armas son sólo relatos para “incendiar” a la Iglesia.

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Para finalizar, Francisco (Fratelli tutti)
… un
universalismo autoritario y abstracto, digitado o planificado por algunos y
presentado como un supuesto sueño en orden a homogeneizar, dominar y expoliar.
Hay un modelo de globalización que «conscientemente apunta a la uniformidad
unidimensional y busca eliminar todas las diferencias y tradiciones en una
búsqueda superficial de la unidad. […] Si una globalización pretende igualar a
todos, como si fuera una esfera, esa globalización destruye la riqueza y la
particularidad de cada persona y de cada pueblo». Ese falso sueño universalista
termina quitando al mundo su variado colorido, su belleza y en definitiva su
humanidad. Porque «el futuro no es monocromático, sino que es posible si nos
animamos a mirarlo en la variedad y en la diversidad de lo que cada uno puede
aportar. Cuánto necesita aprender nuestra familia humana a vivir juntos en
armonía y paz sin necesidad de que tengamos que ser todos igualitos».
… se alienta
también una pérdida del sentido de la historia que disgrega todavía más. Se
advierte la penetración cultural de una especie de “deconstruccionismo”, donde
la libertad humana pretende construirlo todo desde cero.
… los
necesita vacíos, desarraigados, desconfiados de todo, para que sólo confíen en
sus promesas y se sometan a sus planes. Así funcionan las ideologías de
distintos colores, que destruyen —o de-construyen— todo lo que sea diferente y
de ese modo pueden reinar sin oposiciones. Para esto necesitan jóvenes que
desprecien la historia, que rechacen la riqueza espiritual y humana que se fue
transmitiendo a lo largo de las generaciones, que ignoren todo lo que los ha
precedido».
Son las
nuevas formas de colonización cultural. No nos olvidemos que «los pueblos que
enajenan su tradición, y por manía imitativa, violencia impositiva,
imperdonable negligencia o apatía, toleran que se les arrebate el alma,
pierden, junto con su fisonomía espiritual, su consistencia moral y,
finalmente, su independencia ideológica, económica y política»
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