De pluma ajena: ... la cabalgata de los Reyes Magos (01/2023)

Cabalgata de apoyo a la URS 


Cuando el alcalde de Lérida fue asesinado por autorizar
la Cabalgata de los Reyes Magos (1)

 

Lluís Companys había elaborado una ley que prohibía en Cataluña todo festejo relacionado con la Navidad, simplemente por sus raíces religiosas, como la Misa del Gallo, la Cabalgata de los Reyes o el popular «Cagatió»



Javier Barraycoa 

Publicado en eldebate.com 

Madrid 06/01/2022 Actualizada 04:03

 

Joan Rovira i Roure nació en Barcelona el 10 de diciembre de 1899, y bautizado en la Parroquia de Santa María de Gracia de Barcelona. Siendo abogado del Estado llegó a ser Diputado autonómico en 1933 y fue elegido alcalde de Lérida en 1935, cargo en el que permanece hasta mediados de enero de 1936. Para entonces fue designado Comisario Delegado de la Generalitat de Cataluña en Lérida. Era hijo de familia muy religiosa. Congregante Mariano desde muy joven, y miembro de la Academia Mariana de Lérida. En cuestiones políticas era militante de la Lliga Regionalista. En Lérida era conocido por su generosidad y bondad. El sueldo que ganaba como diputado lo entregaba a beneficencia, y en su cargo de alcalde nunca quiso cobrar. Ayudaba siempre al necesitado y ante la aprobación de la Ley del Divorcio en la República, se esforzó por salvar muchos matrimonios que se querían divorciar. 


Joan Rovira i Roure Diócesis de Lleida 


El 18 de agosto de 1936 fue detenido en la ciudad en la que hasta pocos meses antes había sido alcalde. Su detención fue acompañada de otros dirigentes políticos que junto a otros miembros de la candidatura del Frente Catalán de Orden en las elecciones generales españolas de febrero del 1936. El 27 de agosto fue juzgado por el «Tribunal Popular», esto es, un teatrillo montado por el P.O.UM. que se había hecho con el poder en Lérida. La propia Generalitat alegó su inmunidad parlamentaria pero no hizo nada para librarle de la prisión donde sufrió torturas. El juicio fue sumarísimo, negándosele la posibilidad de defensa. Fue condenado a muerte, entre otros motivos, por haber autorizado celebrar la cabalgata de los Reyes Magos en enero de 1936.


Las manifestaciones religiosas estaban reprimidas por la República y en muchas poblaciones la izquierda había prohibido cabalgatas por «religiosas y monárquicas». La noche del 27 de agosto, Joan Rovira fue transportado al cementerio de Lérida, fusilado y enterrado en una fosa común. Uno de los enterradores del cementerio, que declaró en la Causa General, aseguró que el exalcalde murió perdonando a quienes le habían torturado en la «checa» y le fusilaban en ese momento, a la vez que «invocaba a Jesucristo». En la actualidad se encuentra abierta la causa de su canonización. 

 

La Cabalgata de Reyes sustituida por una 'Semana Infantil' 

 

Lluís Companys había elaborado una ley que prohibía en Cataluña todo festejo relacionado con la Navidad, simplemente por sus raíces religiosas, como la Misa del Gallo, la Cabalgata de los Reyes o el popular «Cagatió». Eran tiempos en los que Cataluña había enloquecido. 


La persecución hacia este mártir no terminó con su muerte. La checa revolucionaria trotskista que gobernaba Lérida ordenó que sus dos hijos mayores, de cinco y cuatro años respectivamente, debían ser enviados a Rusia para ser «reeducados». Mayor crueldad posmortem era impensable. Sin embargo, en febrero de 1938, Ana María Tarazona, esposa de Juan Rovira, en un acto de valentía –y para salvar a sus hijos del comunismo– se aventuró a cruzar las líneas hacia la España Nacional, con sus dos hijos mayores y con el menor, que a la sazón tenía un año. 

Retrato de Stalin para la «Cabalgata roja» 

Mientras estas cosas ocurrían, el 10 de enero de 1937 en Valencia se celebró una «Cabalgata Roja». El motivo fue la llegada de Largo Caballero y el Gobierno republicano a la capital del Turia. La Cabalgata de Reyes se sustituyó por una «Semana Infantil» que incluía, como las fiestas navideñas, una cabalgata festiva y regalos para los niños. La nueva cabalgata la organizó el Ministerio de Instrucción Pública, en manos del comunista Jesús Hernández Tomás. El Ministro la transformó en una exaltación de la URSS y sus dirigentes como Stalin. El incautado Abc de Madrid, informaba el 11 de enero de 1937: «Abría marcha una sección de Guardia municipal montada, en traje de gala. A continuación, un gran busto de Largo Caballero (...) [había] otra [cabalgata] de homenaje a Rusia, que era un gigantesco soldado y un grupo de niños que simbolizaban la gratitud de éstos hacia el pueblo ruso».


Estas eran las dos Españas:


la de la idolatría a la tiranía y la del amor a la Tradición y la fe. 


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(1) Extracto de “Los republicanos y los Reyes Magos” 

Por Valentina Orte 

Publicado el 07/01/2022 en https://www.tradicionviva.es/ 


Cada 5 de enero se celebra en las ciudades españolas una festividad que consiste en un desfile de carrozas típico en las ciudades de España y Andorra, en Gibraltar y, con menos eco, en poblaciones checas, polacas y mexicanas. El primer rastro documentado sobre el origen de la cabalgata del día de Reyes, se remonta a 1866 en Alcoy. Se conmemora el momento en que según el Nuevo Testamento los Reyes Magos de Oriente vieron por primera vez a Jesús recién nacido, siendo así su principal presentación al mundo y le llevaron valiosos regalos. Los niños esperan con emoción que por la generosidad de los Reyes Magos también puedan recibir los regalos que con ilusión les pidieron en sus cartas. Los reyes pasan en carrozas con toda pompa y esplendor por las principales calles de las ciudades desplegando la magia y la fantasía ante los admirados ojos de los niños.


Así se vino celebrando que Jesús había nacido 11 días antes y que hasta tres importantes Reyes se desplazaron desde tres países distintos para, humildemente, arrodillarse ante Él, un bebé que era el Hijo de Dios. Sin embargo, llegó la Segunda República y, por supuesto, no respetó la tradición de los Reyes Magos. Sus Majestades de Oriente fueron sustituidas en la ciudad por carrozas repletas de milicianos, los chiquillos lanzaban loas al Gobierno y llevaban hasta dos grandes bustos de Francisco Largo Caballero y José Stalin. Así fue la cabalgata roja de Valencia.


Hay que recordar que, en aquel momento, enero de 1937, ante la llegada de las fuerzas de Franco hasta la Ciudad Universitaria de Madrid, el gobierno creó una Junta de Defensa presidida por el general José Miaja Menant y una Consejería de Orden Público encabezada por Santiago Carrillo Solares para que defendieran Madrid y él, el gobierno en pleno salió huyendo hacia Valencia quedando así esta ciudad por un tiempo como capital de la España republicana.

 

Debido a los avatares de la guerra, el gobierno continuó su huida hacia la frontera francesa, por lo que no pudo volver a celebrarse otra cabalgata roja, pero sus objetivos han quedado explícitos por la labor de expertos que sostienen que estos días de Navidad y Reyes que llamaron “Semana Infantil’ o ‘Semana del Niño”, formaba parte de un proyecto mayor que, entre otras cosas, buscaba relegar a una de las fiestas de gran tradición cristiana. Así lo atestigua, por ejemplo, el Catedrático de Teoría e Historia Juan Manuel Fernández Soria en su ensayo “Cultura y libertad. La educación en las Juventudes Libertarias (1936-1939)”«La ‘Semana del Niño’ tenía lugar en los primeros días del año en substitución de la festividad de los “Reyes Magos”, propia de la tradición cristiana». El doctor Sergio Valero Gómez lo corrobora también en “Desde la capital de la República” y Lapeyre sostiene que fue alumbrada con la idea de «sustituir las fiestas religiosas».

 

Naturalmente que aseguraban la bondad de su intención diciendo que era para que los niños se distrajeran del desastre de la guerra. Sin embargo, los medios de comunicación republicanos desvelaron su verdadera finalidad. El periódico juvenil ‘Ruta’, por ejemplo, afirmó que esta nueva festividad venía «a borrar aquella leyenda en la que no era ya posible que ni un solo niño creyese»: la «leyenda mítico-grotesca de los Reyes Magos». Por ello, la “Semana del Niño” serviría para depurar «rancias costumbres y viejos obscurantismos», además de acabar de una vez con una farsa de siglos y desterrar «la fiesta absurda y pagana de la Navidad». A unas fechas de mayor significado religioso las definían como absurdas y paganas!! 

 

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Quienes defienden la libertad y la eliminación de toda autoridad y/o del Estado mismo, ¡mienten!


Los librepensadores, libertarios y/o anarquistas trotskistas, patrocinados por los poderosos masones de la época, fueron quienes construyeron un relato ideológico en torno a una falsa interpretación de la “Libertad”, y sembraron el terror persiguiendo y matando a todo el que osara, tan solo, pensar diferente. 


Se hicieron llamar republicanos y fueron responsables de procesos revolucionarios y secesionistas pro-soviéticos e impusieron dictaduras totalitarias, asesinas y, por sobre todas las cosas, anti-cristianas.



¡Qué Dios nos ayude a “pensar la patria”! 







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