La amenaza es permanente, pero el verdadero peligro no radica en los fatídicos presagios, sino en el mismo relato atemorizante utilizado.
Partiendo de algunas medias verdades, los augures medioambientales no dudan en diagnosticar las causas de los males, como si fueran geólogos o climatólogos expertos, y en determinar incluso quienes y por qué son los culpables. Falsifican el método científico y convierten a la ciencia en una hija más de la ideología y, con raptos ya de delirante de omnipotencia, hasta dictan sentencias y ordenan soluciones que, según ellos, evitarán el caos y el fin catastrófico de la vida en nuestro planeta.
Los ciudadanos de a pie, aterrorizados con: desastres climáticos, hambre, miseria, enfermedades y extinciones varias, nos obsesionamos con el cuidado del medio ambiente y el cambio climático, nos sentimos miserablemente culpables y obedecemos cualquier propuesta con cartelería de ecológica, aunque sea una insignificancia o una idiotez sin impacto ni fundamento alguno o, peor aún, aunque sea una propuesta deshumanizante sin relación pero que suman a la discusión usando fórceps intelectuales.
Modificamos nuestra forma de vida y permitimos que las ideologías se adueñen de la temática y que los agoreros verdes se "doctoren en el cuidado de la vida" y sean las únicas voces aptas. Nos anestesiaron el sentido común, olvidamos la ciencia y permitimos que los charlatanes esparzan su dogmático discurso ideológico, nos controlen y nos digan qué tenemos que hacer, mientras un auténtico aquelarre de poderosos gobierna desde las sombras y se enriquecen con nuestra pasividad.
Pero, repito, lo más peligroso es cuando comienzan a sumar ideologías de moda y meten en la misma bolsa cuanta necedad "progre" ande suelta y todo por el mismo precio, "deconstruir" la civilización occidental y cristiana. No tienen ningún límite ni respetan barrera alguna, tanto que, en un extravío paroxístico y contradictorio, nos hacen legislar como "Derechos" a La Cultura de la Muerte y nos hacen apoyar la "No Discriminación" impulsando La Cultura de la Cancelación.
Los argentinos, además, tenemos el agravante de estar gobernados por idiotas y/o un séquito de corruptos. Los primeros, por mostrarse progre-esnobs siguen servilmente todas y cada de las recomendaciones de los órganos de la ONU, que habitualmente vienen de la mano de grandes aportes económicos privados, que aprovechan los segundos. (ver Idiota Moral).
Todo es negocio. Todo es un inescrupuloso relato con el fin de controlarnos y permitirles hacer mucho dinero con nuestras vidas y con nuestras muertes. Y esto último es literal.
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Algunas calamidades causadas por algunas miserias humanas son las medias verdades que utilizan como pretexto para construir falaces razonamientos y proponer soluciones antinaturales, en nosotros está investigar qué hay de verdadero, si lo hubiera, y reaccionar proporcionalmente al daño causado.
Los invito a visitar los sitios de ambientalistas y ecologistas, encontrarán que todos son estudiosos expertos que ofrecen cursos, talleres, clases para colegios y coaching para empresas o funcionarios políticos y, salvo honrosas excepciones, no son más que izquierdistas charlatanes que repiten los documentos de alguna dependencia de la ONU, que ya sabemos qué fin persiguen y quienes lo subvencionan.
Encontrarán todo el merchandising medioambientalista y también, de paso, algunas otras yerbas.
Da la casualidad que son los mismos que: Hablan con lenguaje inclusivo, defienden a los mapuches, están contra la Deuda, contra la extracción de petróleo en el mar y la minería en general, contra el 12 de octubre por "Nada que festejar", contra las granjas porcinas, a favor de la gestión menstrual sostenible, contra la ganadería y el agronegocio, contra las jineteadas, contra la autovía de Córdoba, a favor de la liberación animal, y etc., etc., etc., ... y me aburrí de tantas pavadas dichas con irrisoria solemnidad (fuentes: @Fridayfor future.arg, eco-house.org.ar, @pproyectotimonverde). Todos postulados fundamentales a la hora de cuidar el medioambiente, ¿verdad?
En definitiva:
¿Quién se opone a frenar la carrera armamentista y destinar esos recursos al desarrollo humano?
Las naciones y, sus culturas y religiones, son las culpables de las guerras. La solución es que no existan más naciones ni fronteras, que todos respetemos un único gobierno mundial racional y cientificista, y que las religiones sean una práctica privada que no interfiera con la vida pública.
¿Quién se opone a detener el maltrato y la matanza indiscriminada de animales y a evitar la extinción de alguna especie?
Los animales son iguales a nosotros o, mejor dicho, nosotros no somos nada más que animales, y si nosotros tenemos una declaración de Derechos Humanos Universales que cualquier gobierno de cualquier signo político debe respetar, entonces debemos redactar "los derechos de los animales" para liberarlos de la opresión y la esclavitud al servicio del "animal humano" y que, por supuesto, nadie más los crie ni sacrifique para alimentación.
¿Quién se opone a proteger el medioambiente? ¿Y a proteger a los seres humanos del uso indiscriminado de sustancias nocivas en la agricultura? ¿Y a proteger la tierra de los daños por monocultivos y/o la desforestación?
El uso de combustibles fósiles es la causa principal de los gases que causan el efecto invernadero y el cambio climático. Pero la cría de animales para alimento de los seres humanos produce metano (rumiantes) y/o desarrolla enfermedades como los virus causantes de pandemias (aves y porcinos). Es necesario alertar, sobre calentamiento global y el riesgo de fin de la humanidad, con todos los medios posibles: manifestaciones en Sociedades Rurales y Automotrices y/o llamando la atención arrojando pintura a las obras de arte.
¿Quién se opone a vivir en un mundo sin enfermedades, en armonía con la naturaleza, sin guerras y con todas las necesidades satisfechas?
Debemos aceptar y promover la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible : reducir el número de niños Down con el aborto, reducir el número de enfermos y/o adultos mayores improductivos con la eutanasia, reducir el número de niños por familia alentando el desarrollo y el empleo de ambos esposos, reducir el número de familias alentando el matrimonio homosexual, reducir el número de varones y mujeres alentando desde la niñez la libre elección entre los infinitos géneros y alentando la libertad sexual de menores inclusive, reducir el número de embarazos no deseados con anticonceptivos, abortos y/o con la esterilización permanente desde la adolescencia inclusive, y por supuesto, debemos aceptar todas las recomendaciones de los órganos de las Naciones Unidas y/o del Gobierno Mundial.
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¿Por qué tenemos que escuchar tantos disparates y respetar a estos delirantes que se creen dueños de la verdad? ¿Por qué, cuando discutimos con ellos, tenemos que buscar nosotros las evidencias científicas para contrarrestar las bobadas sin asidero que se les ocurren? ¿No se sienten ridículos enunciando verdades de perogrullo o razonamientos que hasta un niño de menos de 10 años comprendería?
“Llegará el día que será preciso desenvainar una espada
por afirmar que el pasto es verde”
(G.K.Chesterton)
Al cobarde y nada caritativo relato pacifista, (de los John Lennon y su sensiblera mentira generadora de dólares, ver Imagine), le ponen un poco de edulcorante y lo guionan para una lacrimógena telenovela, y de esta manera nos mienten apelando a la necesidad que todos tenemos de vivir en paz. Pero, la verdad pasa por otro lado:
- Las armas deben existir para defender al indefenso agredido por el poderoso y/o frenar los delirios imperiales y asesinos de algún iluminado. A Hitler o al Estado Islámico había que pararlos, y con Putin algo habrá que hacer.
- Las Naciones deben existir para respetar la libertad humana de elegir la familia y la sociedad en la que cada uno desea desarrollarse.
- Ni que hablar de las religiones, especialmente la católica, donde "fe sin obras es fe muerta" y por lo tanto, todas las acciones deben orientarse al fin trascendente de reunirnos con el Creador.
- “No me satisface el pacifismo anticristiano de los egoístas que piensan en sí mismos mientras reptan a través de una existencia pacata y sin sobresaltos” dice un respetado profesor.
- Los animales no tienen ni pueden tener derechos, somos nosotros, las personas quienes, como animales superiores y "lo más perfecto que existe en la naturaleza" (ver Los barbaros modernos), tenemos obligaciones para con ellos, al igual que con toda la creación.
- Los animales no son nuestros pares (aunque quizás sí, de alguno de ellos). La creación existe por y para nosotros. Y nosotros estamos para servirnos de ella y para cuidarla para las futuras generaciones.
- Los gases invernadero que producen los rumiantes (metano en este caso) es muy menor al que consumen los pastizales para crecer y alimentarlos (transformando el dióxido de carbono en oxígeno), el balance es favorable. Y las enfermedades se producen por el encierro, el hacinamiento y la falta de higiene (en los animales y también en las personas, si es que les importa) que se combate con campos de pastoreo de ganado, aves de granja y/o cerdos en campos (como los españoles alimentados con bellotas).
Y creo que no hace falta aclarar que no por eso debemos maltratar, ni permitir que otros lo hagan, la atmósfera con todo tipo de gases contaminantes y/o nuestras fuentes de agua dulce con tóxicos y/o nuestros mares, fuente primaria de la vida, con plásticos y desechos de todo tipo; todos estos constituyen delitos y deben ser castigados.
Si, ya sé, todo esto es en vano, nunca escucharán nada que los contradiga, la ideología reina sobre sus vidas y controla su pensamiento.
“Ninguna cantidad de evidencia logrará convencer a un idiota.”
(Mark Twain)
Si mal entendemos la economía como los socialistas, la cultura como los progresistas, la paz como los pacifistas, el cuidado de los animales como los antiespecistas, el cuidado del medioambiente como estos pseudo ecologistas, los géneros como los LGBT+, las Naciones como los globalistas, los Estados como los liberales o como los anarquistas, la política como los populistas, las desigualdades humanas como los marxistas, la feminidad como las feministas, las necesidades como derechos, etc., etc., etc., entonces nos convertiremos en "controlados animales de trabajo con la promesa de un pacífico pastoreo", absurdo, ¿no?, lo mismo que quieren evitar a los "oprimidos y esclavizados animalitos", lo verán realizado en las personas.
"Se advierte la penetración cultural de una especie de “deconstruccionismo”, donde la libertad humana pretende construirlo todo desde cero.
Si una persona les hace una propuesta y les dice que ignoren la historia, que no recojan la experiencia de los mayores, que desprecien todo lo pasado y que sólo miren el futuro que ella les ofrece, ¿no es una forma fácil de atraparlos con su propuesta para que solamente hagan lo que ella les dice? Esa persona los necesita vacíos, desarraigados, desconfiados de todo, para que sólo confíen en sus promesas y se sometan a sus planes. Así funcionan las ideologías de distintos colores, que destruyen —o de-construyen— todo lo que sea diferente y de ese modo pueden reinar sin oposiciones. Para esto necesitan jóvenes que desprecien la historia, que rechacen la riqueza espiritual y humana que se fue transmitiendo a lo largo de las generaciones, que ignoren todo lo que los ha precedido.
Son las nuevas formas de colonización cultural. No nos olvidemos que «los pueblos que enajenan su tradición, y por manía imitativa, violencia impositiva, imperdonable negligencia o apatía, toleran que se les arrebate el alma, pierden, junto con su fisonomía espiritual, su consistencia moral y, finalmente, su independencia ideológica, económica y política".
Francisco (Fratelli tutti)
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A continuación, los invito a ver las declaraciones de Patrick Moore uno de los fundadores de Greenpeace, de quien claramente no se puede sospechar ser de derechas o republicano o fascista y ni tampoco ser un religioso oscurantista.
"Greenpeace fue 'secuestrada' por la izquierda política cuando se dieron cuenta de que había dinero y poder en el movimiento medioambiental. [...] hicieron que pasara de ser una organización basada en la ciencia a una organización política de recaudar fondos".
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Para nuestros penosos esnobs argentos progres, que se creen en la cresta de ola repitiendo propuestas que consideran el resultado de un reciente cambio cultural que permite a esta generación pensar libremente, sin ataduras morales ni viejas estructuras sociales, y ser los custodios del medioambiente y la vida natural, lamento desilusionarlos.
Son parte de un engranaje que empezó finales del 1700 y que particularmente hace no menos de 50 años se viene adueñando de una «reingeniería social anticristiana» con "los nuevos paradigmas éticos o nueva religión universal: un credo sin principios inmutables, en el que se ha abolido la trascendencia de la persona humana".
Peor, dejemos hablar a los que saben.
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Con la santa intransigencia a la que la caridad nos obliga, confiemos que estas estulticias, al igual que todas las de siglos anteriores, pasarán de moda rápidamente causando el menor daño posible.
Que el testamento de Benedicto XVI nos sirva para renovar fuerzas y esperanza.
"He vivido las transformaciones de las ciencias naturales desde hace mucho tiempo, y he podido comprobar cómo, por el contrario, las aparentes certezas contra la fe se han desvanecido, demostrando no ser ciencia, sino interpretaciones filosóficas sólo aparentemente pertenecientes a la ciencia; del mismo modo que, por otra parte, es en el diálogo con las ciencias naturales como también la fe ha aprendido a comprender mejor el límite del alcance de sus pretensiones, y por tanto su especificidad.
Hace ya sesenta años que acompaño el camino de la Teología, en particular de las ciencias bíblicas, y con la sucesión de las diferentes generaciones he visto derrumbarse tesis que parecían inamovibles, demostrando ser meras hipótesis: la generación liberal (Harnack, Jülicher, etc.), la generación existencialista (Bultmann, etc.), la generación marxista. He visto y veo cómo de la maraña de hipótesis ha surgido y vuelve a surgir lo razonable de la fe. Jesucristo es verdaderamente el camino, la verdad y la vida, y la Iglesia, con todas sus insuficiencias, es verdaderamente su cuerpo".
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¡Qué Dios nos ayude a “pensar la patria”!
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