Necedades (09/2023)



Todos los seres humanos somos soberbios, discutimos para ganar y demostrar que teníamos la razón. No dejamos hablar cuando no nos gusta lo que escuchamos, interrumpimos, no respetamos los límites del tema en cuestión y desviamos el eje hacia donde nos sentimos más cómodos. Es así que casi siempre terminamos discutiendo muchos temas diferentes del planteo original, todo junto en una gran maraña, como si todo tuviera que ver con todo. En el fondo, no queremos escuchar nada que nos contradiga y la excusa habitual es trastocar el tema, aunque muchas veces recurrimos a una excusa por demás despreciativa que es cuando decimos no tener tiempo. No nos interesa un punto de vista diferente y mucho menos si implica estudiar y pensar, no vale la pena. 

Los leidos, saben que deben acallar ese sentimiento de superioridad y, si desean discutir seriamente, deben saber escuchar y responder construyendo un planteo que hilvane con lógica las referencias y opiniones de terceros expertos, a favor y en contra, para finalmente concluir, de ser posible, en una aproximación a la verdad. Y esto lleva mucho tiempo. El razonar debe ser un acto de humildad.

Sin embargo, quienes carecen de formación, y no hablo de graduados universitarios ya que muchos autodidactas superan fácilmente la media universitaria, digo, quienes rechazan sistemáticamente el estudio, niegan que para todo haya un método y sólo repiten slogans altisonantes y con sentido trágico, estos suelen caer en:

“[...] el orgullo más grosero; el cual por su completa falta de cultura no dispone de recursos para disminuirlo y así se manifiesta en su forma más burda y chocante que es la necedad [...] Sabiéndose desprovisto de dotes que lo pueden hacer lucir ante los demás, recela de continuo tomado por el temor de que pueden lesionarle su excelencia negativa. La necedad es el orgullo vacío de toda dote donde éste pueda cebar su apetito de excelencia. [...] se repliega sobre sí, bajo la forma de ese oscuro defecto [...] temiendo de continuo el ultraje y la humillación.”

La pobreza - P. Fr. Mario J. Petit de Murat

Creo que ya pueden visualizar a alguno de estos personajes, a Dios gracia no son los que más abundan, pero sí son los que hacen mucho ruido, puño en alto y traperio verde-moco o los dedos en V y un choripan. Son por ejemplo, los que acusan al FMI de los males de la argentina, la deuda con ellos no llega al 10% y recomiendan no gastar de más. Siendo que el 90% restante crece día a día, es impagable y constituye el mayor robo de los fondos de hambreados jubilados presentes y futuros para rifar beneficencia, mientras se les cae un vuelto, en planes sociales y comedores, de los cuales también "comen" entre otros, los gerentes de la pobreza y los curas villeros. Una autentica burrada, pero no quieren escuchar.

Alguna vez, en el medio de una discusión, se me ocurrió comentar ingenuamente que al tema en debate yo lo había estudiado un poquito y tenía algunas notas al respecto, pero mi oponente me respondió con una soberbia expresión de desprecio y me dijo: "¡pero noooo!, te estoy preguntando ¡tu opinión!". Es decir, discutamos pero sin ponernos serios, nada de libros ni citas ni estudios, sólo opiniones. Imposible discutir con una piedra.


Hoy, como nunca en la historia, llamamos intelectuales a cualquiera que pueda construir un razonamiento aparentemente lógico, y es así que quienes sufren alguna tara o desvío antinatural caen en la peor de la bajezas humanas, la autojustificación. En la antigüedad escondían sus miserias so pena de ser marginados, hoy escriben una ideología. A continuación, sus necios acólitos saldrán a anatemizar a quienes no apoyen esta nueva ocurrencia “liberadora” etiquetándolos de retrógradas opresores. Muchos enfermos no quieren escuchar que necesitan tratamiento, y es así que se pasean cual rey desnudo.

Soberbios y enfermos, son la génesis de lo que llamamos progresismo, y podríamos desearles suerte, dar la vuelta la página y olvidarnos de sus existencias, sino fuera por la caridad que les debemos. Pero a sus frutos podridos, las ideologías, las debemos combatir sin descanso por la caridad que les debemos al resto. No tenemos escapatoria, podríamos decir que Dios nos puso una trampa, menos mal que "Dios no nos pedirá victorias, sólo nos pedirá cicatrices" (P. L.Castellani)

Ya hemos descrito hasta el cansancio la lista de necedades convertidas en ideologías que los argentos progres esgrimen para llevarnos por delante en su afán de de-construir nuestra identidad cultural hispano-católica.

La ignorancia simplifica sinrazones y la soberbia se regodea rechazando escuchar y estudiar, las taras y miserias humanas se justifican y la felicidad sólo se alcanza con el todo vale. Los brutos repiten las necedades y los idiotas las festejan. Esto es la revolución.



Ya vimos en el pasado post de filosofía política Anarquía,liberalismo y comunismo que desde las posiciones cientificistas que plantean los socialistas hasta las capitalistas que plantean los liberales, todas adolecen del mismo error de raíz.

A continuación, un escrito sobre la raíz de la anarquía.


¡Qué Dios nos ayude a “pensar la patria”!


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Anarquía


Anarquía significa ausencia de ley. Sociológicamente es la teoría moderna la que propone acabar con todas las formas de gobierno existentes y organizar una sociedad que ejerza todas sus funciones sin ninguna autoridad controladora o directiva.


Asume como base que todo hombre tiene el derecho natural de desarrollar todas sus facultades, satisfacer todas sus pasiones y responder a todos sus instintos. Insiste en que el individuo es el mejor juez de su propia capacidad; que el interés personal, bien entendido, tiende a mejorar las condiciones generales; que cada uno reconozca la ventaja de la justicia en las relaciones económicas; y que la humanidad, en el hombre, tiene razón en lo que hace. Como el ser humano es un agente libre e inteligente, cualquier restricción externa es una invasión de sus derechos y debe considerarse tiranía.


Proudhon (1809-65), cuyos escritos son difusos, oscuros y paradójicos, es considerado el padre del sistema; pero algunos reivindican a Diderot, y también la asociación de los Enragés, o Hébertistes de la Revolución Francesa. Según Proudhon, "la anarquía es orden" y, tomando prestado de JJ Rousseau, “el hombre es bueno por naturaleza, y sólo las instituciones son malas". también según él, "toda propiedad es robo". Como el crimen se comete principalmente contra la propiedad, abolir uno es impedir el otro. Los criminales no deben ser castigados, sino tratados como lunáticos o como enfermos. No habrá gobernantes en la Iglesia ni en el Estado; ni amos ni empleadores. La religión debe ser eliminada, porque introduce a Dios como base de la autoridad y degrada al hombre inculcándole mansedumbre y sumisión, convirtiéndolo así en esclavo y robándole su dignidad natural. El amor libre debe tomar el lugar del matrimonio, y la vida familiar, con sus restricciones, debe cesar.


A la objeción de que los hombres no pueden vivir juntos sin la sociedad, tanto por la contradicción implícita en tal afirmación como por el instinto social del hombre, la respuesta es: no destruimos la sociedad, sino que excluimos de ella la autoridad .La anarquía supone una asociación de soberanos individuales que actúan independientemente de cualquier poder central o coercitivo. Su objetivo es una sociedad en la que todos los miembros están federados en grupos o corporaciones libres según las profesiones, artes, oficios, negocios, etc., que convengan al gusto de cada uno, de modo que no sólo todos serán copropietarios de todo: tierra, minas, máquinas, instrumentos de trabajo, medios de producción, intercambio, etc., pero cada uno podrá así seguir su propia inclinación individual. Además, como todos están unidos en una armonía de intereses, todos trabajarán al unísono para aumentar el bienestar general, tal como se hace en las corporaciones comerciales, en las que la unión se basa en la ventaja mutua y está libre de toda presión externa.


En cuanto a los medios que deben emplearse para lograr esta condición ideal, la opinión está dividida: algunos defienden el método evolucionista, otros el revolucionario; los primeros proponen realizar su utopía por los medios ahora a su disposición, principalmente el sufragio universal; mientras que los segundos están decididos a efectuarlo inmediatamente por métodos violentos. En este sentido, la primera clase se adentra en el socialismo colectivo, mientras que la segunda sigue siendo anarquista puro. Sin embargo, ambos difieren del socialismo en un punto muy importante. Porque si bien está de acuerdo con los anarquistas en la conveniencia de abolir todas las instituciones existentes, el socialismo apunta a lo que llama "sociedad socializada". Postula un poder central que asignará ocupaciones, distribuirá premios y supervisará y dirigirá los intereses colectivos. Absorbe al individuo en favor del Estado; la anarquía hace todo lo contrario. En general, también, el socialismo reprueba los métodos violentos y busca su final por una evolución gradual de las condiciones actuales.


Su alienación pública de los métodos anárquicos se evidencia en el tratamiento que dio al ruso Bakounin, que se destacó por su actividad en la Revolución Francesa de 1848 y que, cuando fue entregado a Rusia, escapó de Siberia y fomentó los desórdenes rusos de 1869, principalmente a través de su agente Netschaïeff, y finalmente se asoció con Cluseret y Richard en las atrocidadesde la Comuna francesa de 1871. En 1868 había establecido la Alianza Internacional de la Socialdemocracia y se esforzó poder unirla con la Asociación Internacional de Trabajadores fundada por el socialista Marx en 1864. La coalición fue de corta duración. Un cisma violento comenzó en el Congreso de La Haya, en 1872, y luego puede decirse que el partido de la anarquía comenzó como una organización distinta. Bakounin organizó posteriormente la Fédération Jurassienne. Publicó un periódico llamado Avant Garde, pero no se hizo mucho hasta la fundación de La Révolte por Elisée Reclus y Kropotkin.


Los principios de la anarquía fueron nuevamente repudiados en el Congreso Socialista de París de 1881 (del cual los anarquistas fueron expulsados) y en los congresos de Zurich, en 1893, y de Hamburgo y Londres, en 1897. Fue en el VI Congreso de los marxistas. , celebrada en Ginebra en 1863, que el término distintivo de anarquista se aplicó a una sección autónoma de ese Convenio. Pero es difícil determinar hasta qué punto las teorías y la práctica de cada uno coinciden con las del otro. Porque, independientemente de los pronunciamientos oficiales de los distintos congresos, las líneas de demarcación entre los dos movimientos no pocas veces son oscuras.


Así, según algunos escritores, los anarquistas pueden clasificarse en primer lugar como individualistas extremos; aquellos, es decir, los que consideran la intervención del Estado como una "molestia" -tal es el término empleado- que debe reducirse lo antes posible al mínimo. Ésta era la posición de Herbert Spencer y Auberon Herbert, a quienes probablemente les habría molestado ser colocados en la categoría de anarquistas. La doctrina de Spencer sobre la minimización de la autoridad gubernamental.fue tomado de "Justicia política" de Goodwin (1793).


Una segunda clase podría describirse como Expectantes; aquellos que están dispuestos a admitir un control central hasta que la opinión pública esté lo suficientemente educada para prescindir de él. William Morris abandonó a los socialdemócratas cuando se vio desviado en esa dirección.


Finalmente están los Negativos Universales, o Nihilistas, que creen en el asesinato de gobernantes y en otras manifestaciones violentas de odio de las condiciones actuales. La primera exposición supuestamente científica de este anarquismo nihilista parece haber sido hecha por el eminente geógrafo francés Elisée Reclus y el príncipe ruso Kropotkin, quienes lo convirtieron en un sistema definido, aunque una afirmación similar se hace para Hess, quien en 1843 publicó dos volúmenes sobre "Philosophie der That und Sozialismus". Grün y Stern también formularon sus teorías casi al mismo tiempo. La publicación de La Revolución de Reclus y Kropotkin fue seguida inmediatamente por actos espantosos cometidos por anarquistas declarados, tanto en Europa como en America, no sólo el asesinato de gobernantes (el asesinato de McKinley es un ejemplo) sino el lanzamiento de bombas en las salas legislativas. la destrucción de iglesias, el asesinato de policías, como en Chicago, etc. Esta fue la propaganda mediante actos que habían sido defendidos por Bakounin; pero tanto Reclus como Kropotkin protestaron porque su concepción de la anarquía no contemplaba tales excesos. Debe dejarse a cada uno para juzgar si dijeron la verdad o temieron la execración pública. Sólo después del intento de asesinato del emperador Guillermo, en 1878, los socialistas alemanes, Bebel y Liebknecht, se declararon contra la anarquía.


En Francia, actualmente, el partido que no sólo ha suprimido a la Iglesia, sino que clama por la supresión del ejército y predica la rebelión a los soldados, ridiculizando la idea de patriotismo y que exigen la abolición de las fronteras nacionales, son anarquistas, pero al mismo tiempo parecen afiliados al Partido Socialista que ahora controla el Gobierno. Ya sea por simpatía o por un designio para dejar que la anarquía haga el trabajo de destrucción sobre el cual el socialismo construirá su futuro Estado, no es un tema de controversia, al menos entre los franceses conservadores. Es en Francia donde la anarquía en la actualidad está mostrando su mano y ejerciendo el mayor poder, aunque no se la conozca por su nombre distintivo. Pero en realidad, donde el socialismo profesa el ateísmo ya es anarquía.


Hasta ahora los anarquistas parecen no tener una organización central; pero publican 14 artículos en francés, aunque no todos están impresos en Francia; 2 en inglés, uno en Londres y otro en Nueva York; 3 en alemán; 10 en italiano; 4 en español; 1 en hebreo; 2 en portugués y bohemio; 1 en holandés. Como no existe una organización compacta y sus principios son a menudo admitidos por quienes no son anarquistas declarados, es casi imposible formarse una idea exacta de su número real.


La raíz de todo este mal es la apostasía del cristianismo, tan marcada en algunos países, y la aceptación, o influencia, del ateísmo. Una vez dado que no existe Dios, inmediatamente se vuelve injusto e imposible que alguien exija obediencia y sumisión de otro. Si no hay Dios, no puede haber amo. La conclusión anarquista es lógica. Asimismo, todos los mandamientos de Dios son necesariamente abrogados, y la afirmación de que un hombre tiene derecho a satisfacer todas sus propensiones y pasiones está justificada. no puede haber familia, ni Estado, ni Iglesia, ni sociedad de ningún tipo.


El individuo ha de ser el centro y poder determinante de todo, y es su culto al individuo, originado en el egoísmo de la filosofía de Hegel, y quizás culminando en Nietzsche, con su atroz "superhombre", el que ha sido el medio de acelerar la difusión de doctrinas anárquicas. Las concepciones distorsionadas de libertad de pensamiento, libertad de prensa, libertad de expresión, libertad de conciencia, que se reivindican como derechos., y se consideran esenciales en la civilización moderna, sin importar a qué extravagancia puedan llevarse (incluso hasta la propagación de las doctrinas más revolucionarias e inmorales) han magnificado la importancia y el carácter sagrado del individuo hasta que se ha convertido en una ley en sí mismo ética y religión, y está prácticamente persuadido de su absoluta independencia de su Creador en su conducta de vida.


En gran parte de la literatura de la época existe casi una idolatría del poder humano, sin importar cuánto crimen esté asociado. Una vez más, el método de educación en algunos países, que excluye absolutamente incluso la mención del nombre de Dios en las escuelas, y que no admite ninguna instrucción religiosa, o sólo un código ético sin sanción ni autoridad, no podía dejar de desarrollar una generación de anarquistas. Sus padres tienen algunos recuerdos de la religión y un sentido de obligación adheridos a ellos; la nueva generación no tendrá ninguno. Finalmente, la acumulación excesiva de riqueza en manos de unos pocos mediante métodos supuestamente deshonestos, y su supuesto uso para corromper las legislaturas para perpetuar abusos, proporcionan material para que demagogos sin principios despierten las peores pasiones de la multitud. Además, incluso si la condición de los pobres no es tan mala como antes, el contraste con el lujo de los ricos es suficiente para excitar la codicia y la ira., mientras que la ausencia de motivos religiosos hace que la pobreza y el sufrimiento no sólo sean insoportables sino, a los ojos de las víctimas, innecesarios e injustos.


La teoría de la anarquía va contra toda razón. Aparte del hecho de que va en contra de algunos de los instintos más preciados de la humanidad, como, por ejemplo, la vida familiar y el amor a la patria, es evidente que una sociedad sin autoridad no podría resistir ni un momento. Los hombres cuyo único propósito sería satisfacer todas sus inclinaciones están por el mismo hecho en el nivel de la creación animal. Los métodos que ya emplean en la realización de sus diseños muestran cómo los instintos animales se imponen rápidamente. El único remedio al desorden es evidentemente el retorno a la recta razón.y la práctica de la religión; y, como protección para el futuro, la inculcación de la moral cristiana en la educación de la juventud.


Fuentes

BAKOUNIN, Dieu et l'état (París, 1895); PROUDHON, Œuvres (París, 1851); HERZEN, De l'autre rive; TCHEMCHEWSKY, La economía política jugée par la ciencia; ELISÉE RECLUS, Evolución y Revolución (París, 1891); SPENCER, El individuo versus el Estado; EMILE GAUTIER, Propos anarquistas; Horas de trabajo; KROPOTKIN, Aux jeunes gens; Palabra de un rebelde; TUCKER, En lugar de un libro (Nueva York, 1893); ELY, El movimiento obrero en América (Londres, 1890); KERKUP, Una historia del socialismo (Londres, 1892); Revue des Deux Mondes (15 de noviembre de 1893).

publicación original AQUÍ

  




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