El militar argentino ... (05/2018)


Comparto con Uds las críticas que realicé a un blog amigo que publica el siguiente video sosteniendo que:

“…es “valiente” porque dice hoy lo que nadie desea decir ni escuchar acerca de los “juicios de lesa humanidad” que, desde el punto de vista meramente jurídico, son inaceptables”.

Lamento no coincidir y considerarlo “cobarde” por “manipular algunas verdades con dudosa lógica” para beneficio propio. En fin, aquí mi opinión:




Pasaré por alto los hechos de que, los militares argentinos durante la última dictadura realizaron gestiones de gobierno calamitosas (crisis económicas, políticas e incluso bélicas a la vista), de que a cuanta institución “intervinieron” la destruyeron y que en cuanta “administración” asumieron, se les cayó una moneda que hoy no podrían justificar, etc. etc.; y me concentraré solamente en algunas voces que buscan victimizarse …

El militar argentino que luchó en la década del ’70 para que Argentina no se transformase en Cuba, cumplía órdenes de sus superiores al combatir el terrorismo marxista …
Tómense 12’ y vean:  https://youtu.be/_gVtquBlqI0

Que no tenemos dignos representantes de los derechos humanos, que sus organizaciones son utilizadas para reivindicar la lucha armada de cuanta organización terrorista hemos sufrido y que sólo buscan revanchismo y venganza enfermando a nuestros jóvenes una y otra vez, no hay quien lo dude … así como tampoco debería haber quien dude en dónde deben estar los militares que violaron derechos humanos.

La guerrilla apátrida, marxista y atea nos atacó en los 70’, si, sin lugar a duda; pero que los militares argentinos “lucharon y combatieron al terrorismo”, salvo honrosas actuaciones en combate y de víctimas de ataques terroristas, no es el de todo cierto, y lamentablemente, no aplica a la generalidad de los casos.

Los atacantes deberían haber sido juzgados, condenados y fusilados, si correspondiere, por levantarse en armas contra la nación; pero los militares que actuaron en la clandestinidad (o aquellos que cumplieron órdenes y no dijeron -y no dicen- nada), también y doblemente y triplemente.

Deberían haber luchado el buen combate como caballeros cristianos y se escondieron en grupos de tareas y torturadores, ¡miserables! Asumieron la responsabilidad de conducción del Estado interviniendo los poderes de la república, y desde allí, robaron y usurparon, secuestraron y asesinaron, o pagaron para que mercenarios lo hicieran por ellos ¡doblemente miserables! Defraudaron la formación y el ejemplo recibidos, deshonraron a los maestros mártires (como Genta) y a los uniformes y las armas legados por los padres de la patria y cobardemente optaron por la deshonrosa “escuela de las américas” ¡triplemente miserables!

La izquierda busca su venganza y hablan de campos de concentración y genocidio, y no les molesta bastardear esos términos con tal de despertar los odios necesarios para la revolución. Pero los acusados de secuestrar, usurpar, torturar y/o asesinar, no dudan de arrastrar a familiares y amigos al uso de argumentos sensibleros y artilugios legales con tal de zafar del castigo de los hombres.

¿Qué existe una campaña de desprestigio?, sí, es cierto, la comenzaron ellos mismos con los “excesos” y cada día que pasa sin confesiones ni pedidos de perdón, se agrava.

¿Qué existe persecución? Sí, también es cierto, y agradezcan que “solamente” están presos sin condena.

Para ellos, y para los que aún hoy se esconden en oprobioso silencio, nada de piedad y la peor de las penas.

¡Qué Dios nos ayude a “pensar la patria”!

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