Navidad 2017


Hace un año, también para las Navidades y de entrecasa, presagié el accionar de grupos minoritarios con intenciones totalmente opuestas a las declamadas, y sólo recibí insultos como respuesta. 




Durante el corriente año, vimos cómo de a poco ganaban la calle y mostraban, cada vez, posiciones más antagónicas y totalitarias, mientras tejían nuevos “relatos” que justificaran su accionar (¿desaparición forzada? ¿dictadura? ¡Dios mío, no saben lo que dicen! pero la post-verdad está de moda y yo continuaba delirando). Finalmente, el “romanticismo obrero-épico-adolescente” llegó a su fin, son sólo delincuentes (cobardes que contratan barrabravas) y los ciudadanos sólo esperamos que los jueces apliquen la ley: deberían pagar todo lo que rompieron (… cuando salgan de Ezeiza).

La verdad es que nuestra izquierda vernácula, hoy más que nunca, continúa mostrando que son un conjunto de inútiles descerebrados sumamente dañinos y perniciosos. No entienden de nada, ni de política ni de economía, ni siquiera de derechos humanos y ecología, no les da la cabeza ni la complementan con una formación adecuada. Los cuarenta ladrones protegen a Ali Babá de cualquier forma posible (perdieron el bolso con las caretas de progresistas entre los bolsos de Lopez, Baez & Old Fund) y nuestra izquierda infantil se presta al juego.

Usufructúan el sustantivo de “trabajadores” y por supuesto nunca trabajaron, siempre vivieron del Estado (¡maestros y profesores! … resultados de nuestra querida educación pública a la vista) o de algunos obreros (o jubilados) a quienes dicen representar (y utilizan como trampolín al poder, sin importarles las personas), violentan las calles y provocan destrozos (con las protestas populares dicen haber obtenido logros ¿?), desafían el orden democrático (pretenden, por la fuerza, torcer el rumbo de las instituciones de la nación), atacan el orden constitucional, republicano y federal, y enfrentan a sus representantes (para ser honestos, desprecian el orden y odian a los uniformes, incluidas las togas y sotanas), se quejan de la represión (y los ciudadanos seguimos esperando por una ejemplificadora: queremos ver a la policía detener a los delincuentes y a los jueces condenarlos. Por supuesto que en prisión pueden seguir manifestando y tirando piedritas),  buscan “tirarle un muerto” al gobierno a toda costa (pero estos milicos no matan a nadie y los delincuentes se les mueren solos), comparten tribuna y se abrazan con corruptos (extraña coincidencia, ¿no?) y finalmente, dan unos discursos miserables (en todas las acepciones posibles).

Cuando se escuchan los análisis basados en causales de hace 120 años (por supuesto, nunca se enteraron que el mundo cambió varias veces desde entonces, ¡festejaron el centenario de la revolución bolchevique!), las permanentes frases huecas (ya aburren, repiten frases, ¡pero no se acuerdan del origen ni entienden su contenido!) las justificaciones del delito de del Plá o del Caño o Ramal o Pitrola (o cualquier otro, da igual, dan la misma vergüenza ajena), y al mismo tiempo, se ve al otro “del caño Romero” jugando a tirar cohetes para las fiestas, bajo una lluvia “casual” de piedras, …, huelgan los calificativos.

Sólo entienden de totalitarismos y partidos únicos (siguen barriendo las miserias y los muertos cubanos bajo la alfombra, para vendernos un edén que no existe y que ni los cubanos creen) y cuando se los somete a la pluralidad y quedan en minoría, entonces ¡madre mía, hay que aguantarlos con santa paciencia!, pero ¿hasta cuándo? y mientras tanto ¿cómo podemos hacer para enseñarles a vivir en democracia? (Nosotros no somos la panacea universal, pero estos ¡son insufribles!).

Las propuestas oficiales deben darse con suficiente tiempo para ser estudiadas y debatidas (no ocurrió en este caso) y deben ser confrontadas, mejoradas y corregidas por una oposición inteligente y constructiva (a veces pienso que no existe, un solo diputado fue la excepción). Señor presidente de la Nación, si hay urgencias ejecutivas, debe utilizarse el DNU y permitir luego el estudio y debate con la extensión necesaria, y/o comprometerse a la revisión anual de las metas establecidas, y/o etc., etc., … todas las oportunidades de mejoras están perdidas, ganó el gobierno y todo quedó tergiversado por la acción de los violentos.

Supina ignorancia más delincuencia auto-justificada, es un coctel explosivo que ya vivimos y cuya sangre derramada seguimos pagando. La espiral de violencia “política” siempre empezó con nonadas y terminó matando a muchos. Basta de delirios socialistas y botas salvajes y cobardes. Pedimos cárcel para los corruptos y los genocidas, para los delincuentes y asesinos (… y educación para estos energúmenos). Aunque si leyeran Prensa Obrera -5 minutos máximo, más tiempo es vomitivo-, no serían optimistas y seguramente no me creerían que aún es posible una salida pacífica, inteligente y racional.
No pueden llenarse la boca hablando de Socialismo o Comunismo, Marxismo, Estalinismo (RAE sic) o Trotskismo, les queda muy grande. No merecen ser tratados como sus representantes ni siquiera como seguidores, no tienen la altura intelectual necesaria. Sin embargo, es muy posible que transcurriendo un par de siglos y gracias a la evolución de las especies “animales”, logren subir un escalón y puedan entender que el mundo ya discutió esos términos, aprendió, los superó y los descartó hace ya casi 30 años (¡nosotros festejamos la caída del muro!). Hoy vive en paz intentando la armonía de todas las opiniones (¡y muchas veces lo logra!).

Empecemos por el principio, y permitamos que quienes saben nos enseñen, se sorprenderán por su vigencia.

¡Qué la gracia del Niño Rey, desde el pesebre, nos ilumine para “pensar la Patria”!

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